Extrabajadores de El Comercio aún sin liquidaciones en medio del silencio de la empresa

Quito, 2 nov (La Calle). – La Redacción Integrada Multimedia (RIM) de El Comercio, ubicada en San Bartolo, sur de Quito, yace desierta. Antiguos periodistas y empleados, quienes dedicaron entre 10 y 20 años de sus vidas al medio, enfrentan una situación incierta, mientras el medio de comunicación, con más de 117 años de historia en Ecuador, no circula en ninguna plataforma.

Más de dos años han transcurrido desde que la plantilla de reporteros, editores, fotógrafos, videógrafos, infografistas, diseñadores web, trabajadores de producción, prensa, pre prensa, mantenimiento y distribución fueron despedidos, sin que hasta la fecha hayan recibido sus liquidaciones. Incluso, la mensualidad por jubilación patronal lleva 13 meses sin ser pagada.

¿Qué dicen los representantes de la empresa?

La representante legal de El Comercio, Paola Montenegro, parece ser la figura que debería encargarse de enfrentar las demandas y realizar los pagos correspondientes. Sin embargo, todos los involucrados en esta situación son conscientes de que detrás de Montenegro se encuentra el propietario del medio, Ángel González, quien es conocido en el ámbito mediático como «El Fantasma».

Ramiro Rivera, expolítico y presidente del Directorio, se mantiene en un silencio absoluto y no responde a las demandas ni preocupaciones de los trabajadores. Su presencia en las redes sociales se ha limitado a bloquear a quienes lo cuestionan.

José Chanatasig, de 61 años, quien trabajó como infografista en El Comercio durante 28 años, relata su amarga experiencia. Afirmó que cuando le pidieron firmar su finiquito, se comprometieron a pagar su indemnización en cuotas durante tres años, en lugar de un pago único como estipula la ley. Sin embargo, esta promesa no se ha cumplido, dejando a muchos trabajadores en dificultades económicas.

La triste situación de los extrabajadores de El Comercio ha llevado a algunos de ellos a organizarse y buscar apoyo de periodistas independientes y estudiantes de Periodismo. Uno de ellos logró ingresar a las instalaciones de El Comercio en San Bartolo para documentar el estado actual del lugar, que ahora yace inactivo.

Situación económica y financiera

En medio de esta incertidumbre, los extrabajadores se preguntan qué ocurrirá con sus liquidaciones y jubilaciones. La Superintendencia de Compañías está llevando a cabo un control societario para conocer la situación económica y financiera de El Comercio, lo que podría resultar en medidas legales si se encuentran incumplimientos a la Ley de Compañías. Los activos informados por la compañía hasta abril de 2023 ascienden a 22.520.548 dólares.

El abogado Washington Andrade, quien representa a algunos extrabajadores, ha advertido sobre la posibilidad de que los bienes de El Comercio sean transferidos a terceros para evitar pagar las liquidaciones. Esta táctica se ha utilizado en casos anteriores de trabajadores despedidos.

La situación de los extrabajadores de El Comercio ha llamado la atención de la opinión pública, y muchos se preguntan por qué el medio ha dejado de circular tanto en su versión impresa como en línea, a pesar de haber sido líder en visitas digitales. La Superintendencia de Compañías investiga la situación de la empresa, pero la lentitud del sistema judicial ha llevado a que los afectados enfrenten obstáculos en su búsqueda de justicia.

Cordicom en el tablero

La respuesta del Consejo de Comunicación (Cordicom) es desalentadora y la de otras instituciones estatales inexistente. Jeannine Cruz, presidenta de Cordicom, afirmó que ya no son un ente regulador y no tienen competencias para ayudar a los extrabajadores. Su papel cambió con las reformas a la Ley Orgánica de Comunicación del 2019 durante el morenato. La incertidumbre persiste y los afectados buscan respuestas en medio de una situación que parece empeorar con el tiempo.

Cruz señala que la situación de los extrabajadores ya es responsabilidad de la función judicial, pero también de Fiscalía y Contraloría. «Recordó que en el Gobierno de Lenín Moreno, cuando Andrés Michelena dirigió Arcotel, ya hubo informes que señalaban que se debería vigilar el monopolio que tenía en Ecuador, Ángel González, quien realmente está detrás de El Comercio», reseña el medio fuente de esta investigación.

Mientras tanto, la antigua sede de El Comercio en San Bartolo permanece en silencio, con máquinas sin movimiento, registrando tiempos mejores y el importante papel que está diseñado como medio de comunicación a lo largo de su larga historia.

Los extrabajadores de El Comercio continúan clamando por justicia y respuestas, mientras su futuro sigue siendo incierto.

Fuente: Radio Pichincha

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