Esmeraldas arde, la dolarización tiembla: la crisis de la refinería que desnudó el modelo petrolero ecuatoriano

Quito, 1 jun (La Calle).- Un sismo de 6,1 grados el 25 de abril y un incendio el 26 de mayo paralizaron por completo la principal refinería del país. Esmeraldas, responsable de más del 60 % de la producción nacional de derivados, se detuvo, dejando al descubierto una verdad incómoda: Ecuador depende de una infraestructura colapsada para sostener su sistema económico.

La planta de Petroecuador, ubicada en el norte del país, había empezado a reactivarse tras el sismo, pero el reciente incendio en un tanque de fuel oil frustró toda expectativa de normalidad. La nueva fecha estimada para su regreso es el 2 de julio. Mientras tanto, el país importa más combustible, gasta más subsidios y agudiza su déficit energético.


¿Y ahora quién paga los daños en la refinería?

“Esto tendrá un impacto fiscal directo”, advirtió el analista económico Pablo Iturralde. “Más importaciones significan más gasto, presión sobre subsidios y menor margen para maniobras económicas”. Aunque el Gobierno insiste en que no subirá el precio de los combustibles, Iturralde no lo descarta: “La recesión podría empujar a revisar los subsidios”.

Las cifras lo confirman. Solo en el primer trimestre de 2025, la importación de gasolina aumentó un 12,2 % respecto al cierre de 2024 y un 35,4 % en comparación con el año anterior. Mientras tanto, la producción petrolera nacional cayó un 4,4 % en el mismo periodo.


¿Modelo agotado?

Más allá de lo coyuntural, la crisis de Esmeraldas evidencia un modelo petrolero en deterioro. Según datos de la Agencia de Regulación y Control de Hidrocarburos, Ecuador produce hoy más de 100.000 barriles diarios menos que en 2014. Y en el primer cuatrimestre de 2025, la inversión petrolera cayó casi 20 % respecto al año pasado.

“Es una alerta roja para la dolarización”, explica Iturralde. “Menos exportaciones, más importaciones, menos reservas. Y sin reservas, no hay dólar que aguante”. La lógica es simple: sin petróleo que vender, Ecuador debe gastar más dólares que no tiene. Pero el problema es más profundo: seguimos atados a una matriz energética que se cae a pedazos.


¿Oportunidad perdida?

Algunos esperaban que esta crisis empujara a repensar el modelo energético. Pero Iturralde es claro: “No lo hará. Ecuador necesita esa renta petrolera. No hay condiciones políticas ni fiscales para diversificar”.

Mientras tanto, el fuego de Esmeraldas no solo quemó combustible. También consumió las pocas certezas de un país atrapado en un modelo que se agota, pero que nadie se atreve a cambiar.

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