Quito, 23 jun (La Calle).- Tras casi 48 horas de la fuga de Rolando Gómez Quinde, alias Fede, líder del cártel Los Águilas desde la Penitenciaría del Litoral, el gobierno destinó un millón de dólares como recompensa para quien aporte datos verificados que permitan su captura. Así lo anunció en un video el ministro de Defensa, Gian Carlos Loffredo, quien calificó al fugitivo como «uno de los criminales más peligrosos del país», responsable de «estructuras delictivas que han sembrado muerte y terror».
La compensación económica —aseguró Loffredo— también será otorgada a efectivos de las Fuerzas Armadas o Policía que logren su captura o neutralización, bajo el argumento de que Fede es un «objetivo militar«. El ministro del Interior, John Reimberg, respaldó la medida.
El presidente Daniel Noboa atribuyó la evasión a un acto de «complicidad» al interior del Centro de Privación de Libertad (CPL) Guayas N.°1. «No fue un descuido, fue complicidad», afirmó el mandatario, quien ordenó la detención inmediata de todo el personal sospechoso. Como resultado, un juez dictó prisión preventiva para 22 procesados —19 militares, 2 funcionarios del SNAI y 1 recluso— por su presunta participación en la fuga durante una audiencia celebrada el 21 de junio.
Noboa tildó el hecho de «traición» y advirtió que se aplicará la nueva normativa de seguridad. Asimismo autorizó el «uso directo de la fuerza» contra integrantes de grupos armados.
Patrón de fugas
Este caso evidencia la crisis carcelaria que persiste en Ecuador. En enero de 2025, la Policía detuvo a ‘Fede’ en Daule con armas y drogas, pero su reclusión duró apenas cinco meses. La fuga replica el patrón de la evasión de José Adolfo Macías, alias ‘Fito‘(líder de Los Choneros), ocurrida en marzo pasado. En este caso, el gobierno también ofreció USD 1 millón de recompensa. ‘Fito’ permanece en la lista de buscados de Interpol.
¿Y el Plan Fénix?
La desesperación por obtener información ha llevado a campañas polémicas. El 13 de junio, las Fuerzas Armadas lanzaron billetes falsos de USD 100 sobre Durán, impresos con el número de recompensas (131), en un intento por incentivar denuncias. La acción, reconocida por el Ministerio de Defensa, fue tildada por la ciudadanía como «espectacularista» e «ineficaz».