Desde el 2021 el repetitivo error del Ecuador progresista, sensible, nacionalista, de izquierda y centro con vocación de servicio y opción de poder, es creer, intentar hacer creer al resto y creerse (¿con una pizca de soberbia incluida?) que una gran parte de una sociedad ya fascistizada (casi un 44% de electores) «se hará cargo» de los efectos del proto-fascismo por el cual votó y que eligió.
Los berlineses de abajo y del medio, también creían que el IV Reich duraría mil años. No sólo su mandatario, líder, matones de las S.A., S.S. y sus jefes de propaganda. Esos ciudadanos y ciudadanas consumidores y consumidos de fachismo, sólo vieron las interminables lluvias de cenizas y el denso humo gris de las cámaras de gas, CUANDO FUE DERROTADO EL FASCISMO. No antes. Y sólo «vieron» el resultado devastador de lo que negaban, cuando los soldados soviéticos y norteamericanos los obligaron a caminar hasta las fosas comunes y campos de concentración, para que miraran los miles y miles de zapatitos de bebés y niños asesinados en masa por sus elegidos (los cartones del ahora, son complejas metáforas actuales, como lo fueron las cruces gamadas de entonces).
Por eso, 4 años después, y mil años luego, si pudieran, siempre inculparán al correísmo, al socialismo o al comunismo, es decir al enemigo. El fascismo, y más aún el nuevo tecno-lumpen-fascismo, necesita construir de forma permanente un enemigo, al cual inculpar a perpetuidad para absolverse, exorcizar lo ocurrido y prolongar su dominación.
Alexis Ponce
defensor de ddhh
experto en Memoria Histórica