Elizabeth Otavalo: «Quiero que el Estado me devuelva a mi hija»

Quito, 19 sept (La Calle). – Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal, está sufriendo uno de los peores escenarios en la vida de una persona. Su hija está desaparecida desde el 11 de septiembre y el Estado todavía no da razones sobre su paradero. Además de que el principal sospechoso, el esposo Germán Cáceres, huyó de la Escuela de Policía, de la que forma parte.

«Estoy indignada, estoy perdida. Nadie está preparado para este tipo de problemas, de dolores. Jamás cuando usted tiene un hijo va a tener la visión de perderlo. Jamás y menos de esta manera», expresó a Radio La Calle.

Elizabeth aclaró que los equipos de búsqueda de la Policía no están realizando el trabajo que deben en búsqueda de María Belén. «Los grupos de mujeres y derechos humanos estaban desde temprano en la Escuela Superior de la Policía, esperando salir con los equipos técnicos para la búsqueda, pero ¿qué es lo que están priorizando en este momento? que los señores policías están con cámaras para justificar que hacen su trabajo. El proceso de búsqueda no está, como siempre prevalece la institucionalidad antes que los derechos humanos, antes que la vida de mi hija», acotó.

Un hondo sufrimiento

Debido a que el aparataje estatal no ayuda en la búsqueda, Elizabeth decidió tomar el asunto en sus propias manos e intentar buscar a su hija. «Estoy viviendo una soledad que nunca imaginé. Mi hija y yo estamos muy unidas. He decidido salir con amigos, gente que quiere apoyar, medios de comunicación que me extienden la mano».

La madre decidió buscar en Pomasquí, ya que obtuvo información de que Germán Cáceres hacía su trabajo de instructor en ese sector. «Si él conocía ese terreno, de pronto para él era más fácil. Me fui allí sola. Necesitamos el aparataje técnico para buscar en quebradas y laderas».

También dejó un mensaje para el ministro del Interior, Patricio Carillo, quien llegó de Estados Unidos. «Señor ministro le felicito, que su hija sea muy feliz. Que no tenga el problema que estoy viviendo porque mi hija también se casó emocionada, llena de vida e ilusiones. Auguro todas las bendiciones y que le vaya bien. Sin embargo, a nivel de Estado, necesito me devuelvan a mi hija. Devuélvamela. Este fin de semana estuve sola«.

En el caso de María Belén, las preguntas aparecen en mayor cantidad que las certezas. «Si mi hija no existe ¿qué pasó en esa escuela? ¿por qué solamente una cadete? ¿y los oficiales que estaban de guardia? ¿por qué en el espacio de las habitaciones no hay cámaras? Las razones por las que se les permite beber en una escuela de formación? ¿por qué se permite que las cadetes ingresen a las habitaciones de los oficiales? Es una escuela de deformación, no de formación».

Un matrimonio tranquilo

Otavalo dijo estar casi segura que su hija tenía un matrimonio sin problemas. «Hace 15 días tuvimos un almuerzo con la madre de Germán Cáceres que visitó a mi madre porque tiene cáncer. Tengo entendido, por medio de mi nieto, le compró un televisor para que ella vea sus programas favoritos».

«La última vez que conversé con mi hija le decía ven a la casa, déjale a mi nieto en casa. Ella me dijo que este fin de semana no, que tenía planificado algo con Germán. Asumo que era feliz, nunca pensé que Cáceres le estaba siendo infiel con una cadete de su misma Escuela Superior».

Al momento, la única detenida es una cadete, con la que, de acuerdo a las investigaciones, Cáceres estaba involucrado. «Solamente es una hebra de todo ese ovillo. Son tantas personas que estuvieron allí. Más de 400 y los oficiales al director de la Escuela le dan el cambio. Le premian y a los demás ni siquiera les hacen el llamamiento administrativo. Esto es un delito que pasó dentro de una institución policial».

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