El Poder del Perro, un poema visual que se encamina al Oscar

Quito, 20 de dic, (La Calle).-No debe existir mejor halago que el que su versión de un personaje se vuelva única y referencia para el resto. Ejemplos al canto: Brando es El Padrino ó Sigouney Waver es Ripley de Alien.

Benedict Cumberbatch es Phil, en “El Poder del Perro” de Jane Campion.  Y lo será para siempre. Punto. La interpretación es tan fuerte, convincente y poderosa, que está más justificado el éxito que alcanza a nivel mundial.

De entrada, destacar la estrategia comercial de Netflix, al lanzar la película en la plataforma justo cuando se estrenaba “No Way Home” ha permitido consolidar a esta joya en el mercado del streaming. Movimiento interesante y válido.

No solo eso, Benedict Cumberbatch triunfa en un mes en dos películas, en el Poder del Perro de la mano de su compañera de reparto, Kristen Dunst, (Rose) quien demuestra nuevamente su valía para los papeles metamórficos, más allá de la Mary Jane del primer Hombre Araña.

La última referencia arácnida es que el hijo de Rose, se llama justamente Peter, rol a cargo de Codi Smith. Hasta allí las coincidencias, en adelante la película es una postal, un poema visual, que conjuga la dirección de fotografía, el guion y la cinematografía, que la tienen bien encaminada en la ruta de los oscares.

Para los admiradores de la directora Jane Campion, la propuesta western de “El Poder del Perro” no es una sorpresa. Constituye una reinmersion en el universo de “El piano”, por el que ganó mejor guion de la academia. Todavía están frescas las imágenes de una jovencísima Anna Paquin recibiendo el Oscar como mejor actriz secundaria, Paquin y sus alas de Mariposa brincado por el mismísimo fin del mundo, bajo la mirada absorta de sus compañeros de plató: Harvey Keitel y Sam Neill.

El Poder del Perro en camino a los premios

Mientras escribo esto crónica, repito una y otra vez la banda sonora de Michael Nyman, que me llevan de la mano al mar y del mar a la arena y de la arena al piano.

En El Poder del Perro aparece un protagonista con sobradas dificultades para mostrar sus emociones, Phil, una suerte de Holly Hunter renovada.

Es un hombre duro, dolorosamente masculino e insatisfecho, suavizado y humanizado como lo fue Hunter, desde la piel hacia el alma.

Cumberbatch absorbe la pantalla como una aspiradora. El “Dr Strange” del universo Marvel es ahora un vil y sucio trampero, un castrador de toros, que oculta entre el hollín de su rostro y sus manos, esa masculinidad herida en el monte.

“El Poder del Perro” seguro ganará al menos mejor guion adaptado, a partir de que su guion se origina en una novela de Thomas Savage, quien baso el libro en su propia vida, gay incomprendido escribió esta parábola sobre la dureza y la sensibilidad en un mundo mineral y sin sentimientos.

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