Quito, 12 may (La Calle). – El escritor y exfuncionario legislativo, Edison Miño participó en la Sesión Solemne por la Conmemoración de los 200 años de la Batalla del Pichincha que marcó nuestra independencia de España. En su disertación, el experto explicó las características y el origen del cuadro de Oswaldo Guayasamín que adorna el Pleno de la Asamblea Nacional.
“El Palacio Legislativo fue inaugurado el 23 de marzo de 1960. Recién allí, la función Legislativa tuvo una sede y desde entonces, con excepción del incendio de 2003, se custodian más de 10 millones de documentos históricos originales, tres murales, la representación histórica y la simbología democrática”, expresó.
Agregó que hace 34 años, el maestro Oswaldo Guayasamín propuso al Congreso Nacional un mural de 300 m2 que describa la imagen de la Patria. Así lo llamó, pero luego, por las técnicas en su diseño, prefirió llamarlo el “Mural de los mil años”. “Como institución pagamos 38 millones y medio de sucres, aproximadamente USD 200.000 para la época por su instalación”.
¿Cómo se construyó el Mural de la Patria?
Los 23 paneles del mural se hicieron en fibra de vidrio y se pintaron en acrílico. La pintura se la regaló el muralista mexicano José Clemente Orozco y Guayasamín pasó tres meses en su taller perfeccionando la técnica. “Decidió mezclar al acrílico con polvo de mármol para que resistiera al tiempo y al polvo. La técnica es el cubismo e incluye los tres períodos en que desarrolló su arte”.
En un salón, como refiere Miño, donde se detonaron disparos, gases lacrimógenos, se fumaba y se utilizan los flashes de las cámaras profesionales. “Sin embargo esta técnica mantuvo igual a la obra desde su instalación”.
El escritor debió entrevistar al artista plástico para la inauguración del mural. “Cuando ingresé me abrió la puerta Pavel Egüez, otro pintor que era asistente de Guayasamín en esa obra. Me regaló dos horas donde me describió el simbolismo de este mural”.
Tres partes
En la parte del medio está el área simbólica. “El primero son unas manos subidas hacia el cielo para dar y recibir, un gesto con los que nuestro ancestro agradecían. Manos de esperanza buscando al sol. El sol y la luna se representan juntos, dando lugar a ocho triángulos naranjas que somos todos, los hijos del sol y la luna. Los cobija el ave insignia de Sudamérica: el cóndor”.
Guayasamín lo pintó de rojo “porque es un ave en peligro de extinción y nos pide que lo protejamos, pero también de azul porque quiere renacer”.
En el lado izquierdo se encuentra el área heroica. “En la parte superior están los líderes indígenas, no importan los nombres, Daquilema o Píntag, lo importante es que existieron hombres y mujeres indígenas líderes de nuestros pueblos. No hemos estado huérfanos”, relata Miño las impresiones del maestro.
“La siguiente es Rosa Zárate, esa heroína de la Independencia asesinada por reclamar la muerte de su hijo, un joven de 22 años asesinado junto a 300 quiteños y quiteñas el 2 de agosto de 1810”. En el panel de las tres mujeres están Dolores Cacuango, Manuela Sáenz y Manuela Cañizares. En el siguiente panel se representa la CIA, una forma de control moderna, la intervención extranjera. El panel de la mano representa el trabajo diario. Los militares también aparecen en esta área. Al igual que los obreros vulnerables.
Un rostro grotesco y una mano en forma de garra representa la ambición por el dinero. La protección de una madre se representa en otro panel. Más arriba aparecen los tres pensadores y escritores libertarios: Juan Montalvo, Eugenio Espejo y Vicente Rocafuerte.
La tercera área es la de los valores. En el primer panel hay seis rostros de niños que representan el futuro de la patria. El populismo está en blanco y negro con la cara de un intelectual, pero representa aprovecharse de la ignorancia del pueblo.
En el otro panel se representa la tortura, una persona crucificada. También aparece José peralta, el promotor de la educación laica en el país. Como un ave fénix se representa al general Eloy Alfaro, que renace entre las cenizas. También el agricultor y la Iglesia aparecen en esta área. Un hombre encadenado y de rodillas representa a la Patria atada por la ignorancia y la explotación. Los caudillos representados por un hombre de mirada seria y finalmente un homenaje a Picasso con los rostros del pueblo profundo. MIB