Quito, 24 de junio (La Calle).- El pasado 23 de junio, la portavoz del Gobierno,anunció que ya se han asegurado 77 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BIP) como garantía para 12 proyectos de energía renovable, y alcanzar una capacidad total de 810 megavatios. Esta garantía forma parte de una línea de crédito condicional de 140 millones, destinada a disminuir el riesgo país y fomentar la inversión privada. Además, destacó que esta operación refleja la «confianza» que las entidades financieras mantienen en el Ecuador.
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¿Solución real o deuda disfrazada?
A primera vista, esta decisión puede parecer positiva; sin embargo, desde una mirada crítica, es fundamental examinar a fondo lo que realmente implica este anuncio. En lugar de impulsar un modelo soberano de transición energética basado en inversión pública, democratización del acceso a la energía y fortalecimiento del sector estatal, el Gobierno recurre, una vez más, a la vía fácil y riesgosa del endeudamiento externo. Esta estrategia no solo profundiza la dependencia del país frente a organismos multilaterales, sino que también subordina las políticas públicas a los intereses del capital extranjero.
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¿Qué es BIP?
El Banco Interamericano de Desarrollo, tradicionalmente vinculado a los intereses del capital transnacional y del libre mercado, rara vez otorga financiamiento sin imponer condiciones. Aunque se presente bajo el discurso de las “energías renovables”, en la práctica estos proyectos suelen terminar en manos de empresas privadas frecuentemente extranjeras que obtienen ganancias a partir del uso de recursos naturales, sin garantizar una participación real de las comunidades ni beneficios concretos para las zonas que históricamente han padecido los apagones.
¿Cero apagones? La reciente declaración de la ministra de Energía, Inés Manzano, presenta como una propuesta de “solución energética”. Sin embargo, esta postura podría interpretarse como una nueva vía de endeudamiento externo, una privatización encubierta del sector energético y un riesgo que compromete el futuro del país.