Quito 28 jul (La Calle).- Lenín Moreno es un Rey Midas al revés: todo lo que toca, quiebra. Ahora le llegó el turno a TC Televisión. De fuentes confiables, Radio La Calle conoció que la línea editorial de uno de los medios de televisión más antiguos del país ahora está en manos del periodista Hernán Ramos.
Una vez cerrados El Telégrafo, Ecuador TV y Pública FM, el Gobierno precisa de un espacio para difundir sus candidatos, pues, como expresaron sus voceros, intentarán participar en las actuales elecciones con cuadros propios.
Hernán Ramos fue editor de economía en Diario Hoy, luego pasó a Diario El Comercio. A su salida, laboró como editorialista en Plan V. Luego, terminó como gerente de Medios Públicos EP. En la actualidad, se mantenía como asesor de la gerencia de este espacio, a cargo de la cuestionada Carla Maldonado.
Ramos es una persona vinculada a prensa escrita, pero no a televisión. Los trabajadores de TC Televisión saben que para contar con este periodista se pretende despedir a una serie de empleados: la única forma de cubrir su sueldo. Por ende, los más de 400 obreros de este canal tienen serias preocupaciones por su estabilidad.
Es evidente que su presencia serviría para coordinar los contenidos para la campaña electoral que está a punto de iniciar a nivel nacional. Ramos está tan seguro de su contratación que ya fue a conocer su oficina. Junto a él, llegaría al menos otra persona más de su confianza.
De acuerdo a un documento de compras públicas de 2015, una consultoría de este profesional por 112 días, para diario El Telégrafo, PP El Verdadero (cerrado) le significó un egreso al Estado de USD 55.000, por apenas cuatro meses de trabajo. Eso significa que Ramos ganó aproximadamente USD 14.800 al mes.
El escándalo y vergüenza en El Telégrafo
El 29 de noviembre de 2017, Andres Michelena despidió a Ramos de la Gerencia Editorial de Medios Públicos con tan solo cinco meses en el cargo. Las razones no eran menores. Según Michelena, Ramos tergiversó una ley que estaba por aprobarse en la Asamblea Nacional y la acompañó de un gráfico «de pésimo gusto», escribió Michelena en la carta de despido.
La portada de El Telégrafo provocó inmediatamente el rechazo de activistas y autoridades. En ese entonces, el presidente de la Asamblea Nacional tildó de «vergüenza» la decisión de Ramos sobre la portada