Samanta Calderón, redactora
Quito, 3 abr (La Calle). – El pasado 29 de marzo se registró un nuevo caso de tráfico de especies vivas en las Islas Galápagos. De acuerdo a Wildlife Conservation Society, entre julio y diciembre de 2020 se identificaron 133 noticias sobre decomisos de fauna silvestre todas relacionadas al Ecuador.
185 tortugas bebes aparecieron envueltas en plástico en una maleta en la Isla de Baltra. El equipaje pertenecía a Nixon P., miembro de la Policía Nacional del Ecuador. 10 tortugas murieron debido a la forma de embalaje.
Tráfico de especies
Este caso no es el único que indica la existencia del trafico de especies vivas en territorio ecuatoriano.
En 2019, dos guardabosques fueron procesados por sustracción de tortugas bebé que pertenecían a las especies Chelonoidis y Guntheri, ambas en peligro de extinción. Según las autoridades, este delito tuvo un antecedente ya en 2018, cuando se produjeron algunas desapariciones.
Shandi Heredia, médico veterinaria de Protección Animal Ecuador (PAE) en entrevista con Radio La Calle , explicó que a los traficantes no les importa la cantidad de especies que sobrevivan durante el viaje mientras llegue un mínimo del cargamento. «Su costo en el mercado internacional es de aproximadamente USD 5.000 cada una”, informó.
Según datos del Parque Nacional Galápagos, entre 2017 y 2018 se ha traficado 150 tortugas bebes y juveniles, de las cuales 29 se hallaron en Perú. Su costo en territorio peruano es de USD 300, pero luego serían vendidas a USD 50.000.
En septiembre de 2015, en Santa Cruz se rescataron a 13 iguanas, de ellas 11 eran marinas y dos terrestres. Los reptiles se encontraron en la mochila de un ciudadano mexicano, que pretendió ingresar a Ecuador continental y luego tenía como destino Uganda, en África.
Durante los primeros meses del año, Wildlife Conservation Society publicó una investigación sobre estos casos en el primer semestre del 2020. En esas fechas fueron decomisados aproximadamente 1.742 individuos vivos, principalmente loros y tortugas terrestres, posiblemente destinados a mercados de mascotas o colecciones privadas.
Por otra parte, se evidenció a través de estudios, que este negocio es uno de los factores que contribuyen a la transmisión de enfermedades como el COVID-19. «Por esta razón, la generación de información en relación con esta problemática permitirá fortalecer la toma de decisiones”, indica la organización ambiental.
Controles
El Ecuador cuenta con una riqueza en flora y fauna, por eso es uno de los país más atractivos para el mercado de animales. En 2019, el aeropuerto Ecológico Galápagos se unió a la Declaración de Buckingham para combatir el trafico de especies en el mundo.
En el Acuerdo también se comprometieron los aeropuertos de Ámsterdam y Kenia.
“La Unidad de Protección del Medioambiente de la isla trabaja con un guía canino que se especializa en rastreo de vida silvestre. El último can se llamó «Xavier» y fue un pastor alemán que cumplió su gestión hasta abril de 2020”, contó un encargado de la Unidad Protección de Ambiente.
Explicó, además, que existe un solo punto de control terrestre ubicado en la caseta de Isla de Santa Rosa. En este centro trabajan los guardabosques de la mano con la UNPAMB.