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El costo de la vida se encarece en Ecuador ante la subida del petróleo y la reactivación económica

Tomado de: Diario El País

La inflación de Ecuador llevaba meses alicaída y en negativo hasta julio de este año, cuando el índice de precios al consumidor empezó a reflotar, golpeando el bolsillo de los ecuatorianos, ya de por sí lastrados por la crisis generada por la pandemia. El índice de precios ha llegado al 1,30% en el acumulado del año y a un 1,07% en septiembre, comparado con el mismo mes del año anterior. Esas cifras frías incluyen el reflote de los precios en el país latinoamericano en transporte, educación, comida y vivienda en respuesta a dos factores: la subida de precios internacionales del petróleo aparejada a la retirada de los subsidios estatales y la reactivación de la vida una vez que la vacuna contra la covid-19 llegó a millones de ecuatorianos.

El aumento del costo de la vida se ve en las estadísticas y se siente también en el día a día. En los mercados de abastos, que venden frutas, verduras y carnes tanto a mayoristas como a particulares, los precios han subido por centavos. Cinco o 10 centavos de dólar en los productos frescos o medio dólar en las carnes. Depende del día, del mercado y de lo que haya exigido el proveedor de las mercancías que llegan del campo a las ciudades. El encarecimiento de la gasolina, con un subsidio público en vías de extinción, ha alimentado la especulación en la cadena de intermediarios entre el productor y el consumidor, aunque de forma oficial, la canasta básica se ha encarecido poco menos de dos dólares de un año para otro: de 711,03 dólares en septiembre de 2020 a 712,85 dólares este septiembre. Los ingresos familiares mensuales, en cambio, siguen siendo los mismos 746,67 dólares.

Ese modesto encarecimiento oficial en el conjunto de 75 productos de consumo habitual que mide el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos no refleja, sin embargo, las incidencias en el traslado de las mercancías dentro del país por la amenaza de los transportistas de agitar las protestas. El Gobierno del expresidente Lenín Moreno eliminó los subsidios a las gasolinas en julio del año pasado, aplicando un sistema de bandas que suavizaba subidas o bajadas drásticas de los precios del crudo en cada mes. Y el Ejecutivo de Guillermo Lasso aún negocia con ellos y con representantes del movimiento indígena, que viven mayoritariamente de la agricultura en zonas rurales, para paliar el efecto de la desaparición de la ayuda estatal.

La inercia al alza de la cotización del barril y la paulatina liberación de los combustibles en el territorio ecuatoriano han elevado la factura que entregan las gasolineras. Hace un año, los camiones y autobuses pagaban un dólar por galón de diésel y ahora 1,652 dólares. Lo mismo con los taxis y vehículos particulares que usan gasolina extra (de bajo octanaje) o ecopaís —las dos más utilizadas— que hace un año tenían un precio fijo de 1,75 dólares y este octubre ya están en 2,391 dólares. El aumento del barril de Texas, que es el que utiliza Ecuador de referencia y que bordea los 80 dólares, ha alargardo unos meses la duración del subsidio estatal hasta que el precio de consumo esté completamente liberalizado.

El impacto de la cotización al alza del petróleo también consta en el último informe de inflación del INEC. El transporte es la actividad con mayor variación en el índice de precios al consumo anual, con un 0,789 %. Dentro de este grupo, no solo ha subido la gasolina extra (4,20 % de inflación mensual), la ecopaís (4,39 %) y el diésel (2,39 %), sino otros derivados que empujan los precios como los aceites y lubricantes (3,22 %) y los neumáticos (2,07 %).

El costo de la vida se ha encarecido también para los ecuatorianos a través de la educación (0,117 % de IPC anual), la vivienda (0,083 %) y la salud (0,069). El Instituto de Estadísticas detalla en estas áreas aumentos de precios significativos en la pintura para las casas y, en menor incidencia, el alquiler, o en la educación inicial y en la primaria. Pese a la crisis derivada del parón de la pandemia, estos rubros han ido despertando con la reactivación de actividades y eso se ve en el acelerón de la inflación de julio, agosto y septiembre. Los tres meses revirtieron la inercia acumulada y cerraron en positivo. A finales de agosto, Ecuador tenía más de nueve millones de personas vacunadas contra el coronavirus.