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El balotaje: una disputa intergeneracional (Opinión)

Por: Sebastián Tamayo Villarroel

A pesar de las controversias por el segundo puesto en las elecciones presidenciales, el CNE ha ratificado la segunda vuelta entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso. Fuera de la disputa pública y procesos legales que mantiene el candidato Yaku Pérez, el balotaje entre los ya proclamados por la entidad electoral, se encuentra en un entorno complejo pues, el debate radica entre un millenial y un baby boomer.

Alrededor de tres décadas, en edad, son las que separan a los dos candidatos finalistas. La segunda vuelta, pese a ser un escenario similar al de 2017, trae consigo una interacción simbólica distinta.

Vario autores consideran que la intermediación de los dispositivos electrónicos en la comunicación son el ápice que caracteriza a la generación millenial y centennial. Por tanto, las practicas ortodoxas de la propaganda, suman una arista más del espectro que ahora comprenden las campañas electorales. Durante la primera vuelta observamos de los dos finalistas, nada más que intentos por conquistar los nuevos formatos de consumo informativo del electorado joven.

Muchos expertos, apegados a su conocimiento minimizaron la incidencia de las redes sociales y su particularidad en cuanto a contextos informativo. Ahora, ese es uno de los grandes retos: dilucidar la naturaleza de cada plataforma para alcanzar el voto joven y facultativo.

En esta segunda vuelta, la naturaleza del relato, con sus particularidades de acuerdo a cada red social configuran un eje central de la campaña. Algunos expertos consideran a los centennials como la generación sin etiquetas debido a su cosmovisión del mundo influenciada por insumos de la esfera global más conocido como internet. Por tanto, más vale pensar en el otro, así sea por redes, antes que en la acumulación de capital. De ello colige mayor relevancia ante el rescate de un perro, un ciudadano ecologista u otro en monopatín que un potencial banquero al servicio de los grandes capitales.

Así, el conservadurismo no la tendrá fácil pues, muchas practicas satanizadas por su visión clásica tendrán que modificarse. Quienes patrocinaban duplicar la explotación petrolera mediante transnacionales ¿qué harán ante la corriente ambientalista? Quienes olvidaron el animalismo, relegaron la discusión del aborto y el consumo de marihuana de su agenda ¿cómo actuaran en la segunda vuelta?

Todos estos temas mencionados, inciden en el voto joven; he ahí la disputa intergeneracional entre los baby bommers y la generación X versus los millenials y centennials. Los primeros, más apegados a la condición económica; los segundos alineados a las causas, principalmente.

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