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“El aumento del salario mínimo no destruye el empleo”, Nobel de Economía

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Quito, 11 oct (La Calle). – Los premio Nobel de Economía 2021, David Card , Joshua Angrist y Guido Imbens estudiaron con distintos experimentos las relaciones del empleo con temas como el salario mínimo, la educación o la migración. En el caso del salario mínimo llegaron a la conclusión de que aumentar el salario mínimo a los trabajadores no elimina plazas de empleo.

“Card y Krueger compararon los salarios del empleo en restaurantes de comida rápida en New Jersey y el este de Pensilvania, una industria en la que los salarios son bajos y los salarios mínimos son importantes. Contrariamente a investigaciones anteriores, encontraron que un aumento en el salario mínimo no tuvo ningún efecto sobre el número de empleados. David Card llegó a la misma conclusión en un par de estudios a principios de la década de 1990. Esta investigación pionera ha dado lugar a una gran cantidad de estudios de seguimiento. La conclusión general es que los efectos negativos de aumentar el salario mínimo son pequeños y significativamente menores de lo que se creía hace 30 años”, indica la publicación de los premios Nobel.

En los 90

La investigación se realiza para desmitificar una máxima entre los economistas de principios de la década de 1990. Decían que los salarios mínimos más altos conducen a un menor empleo porque aumentan los costos salariales para las empresas.  La causalidad inversa podría incluso ser el problema: cuando aumenta el desempleo, los empleadores pueden establecer salarios más bajos que, a su vez, pueden llevar a demandas para aumentar el salario mínimo.

Explicaciones

Para que ocurra este fenómeno (más salario = estabilidad de empleo) existen algunas explicaciones por parte de Card. La primera es que las empresas pueden transferir mayores costos a los consumidores en forma de precios más altos, sin reducciones significativas en la demanda.

 Otra explicación es que las empresas que dominan su mercado laboral local pueden mantener bajos los salarios; un aumento del salario mínimo significa, por tanto, que más personas quieren trabajar, lo que conduce a un aumento del empleo. Cuando las empresas tienen tal poder sobre el mercado, no podemos determinar de antemano cómo el empleo se verá afectado por los cambios en el salario mínimo. “Los numerosos estudios inspirados en el trabajo de Card y Krueger han mejorado considerablemente nuestra comprensión del mercado laboral”, concluye la Academia Sueca.