Quito, 05 jun (La Calle).- Durante su informe a la nación, el presidente Daniel Noboa aseguró una reducción del 27% en muertes violentas, una cifra opuesta a lo expuesto por el comandante de la Policía, César Zapata, quien detalló una disminución del 16%.
”Recibimos un país atemorizado con una profunda crisis, pero que hoy sueña y se lo ve distinto. Hoy trabajas con mayor tranquilidad”, dijo la asesora presidencial, Diana Jácome.
La realidad que dibujan los voceros del gobierno es diferente a la realidad que ven los ecuatorianos. El lema del ”gobierno que resuelve” se ve opacado por la contradicción en las cifras de inseguridad, la creciente ola de violencia en la zona costera- pese al Decreto de Conflicto Armado Interno- y la plaga en el sistema de justicia.
La tierra del narcotráfico
El narcotráfico constituye el principal eje de conflicto que desencadena la ola de violencia en el país. Las bandas criminales de Los Choneros y Los Lobos operan en alianza con narcotraficantes colombianos, mexicanos y albaneses que disputan el mercado de drogas de Ecuador.
Estas pugnas intensifican la violencia extrema que se ven reflejadas en los ataques a actores políticos, periodistas, jueces y fiscales.
Durante su informe a la nación, el presidente Noboa expuso que desde el inicio de su mandato, se han ejecutado 126.251 operativos y 151 intervenciones en cárceles. Según el video presentado, hubo una reducción del 27 % en muertes violentas, se incautaron 129 toneladas de droga, se decomisaron 4.645 armas y 283.612 municiones.
Sin embargo, ni el presidente ni el video oficial mencionaron los 1.876 homicidios intencionales registrados en 2024, es decir, alrededor de 16 asesinatos diarios.
Tras su rendición de cuentas, la revista satírica de Francia Charlie Hebdo publicó una nota que daba a conocer las cifras de incautaciones de droga en Europa. El reportaje exponía a Ecuador como el principal país de exportación de cocaína por encima de Brasil y Colombia.
Una mirada a la situación actual
Según el análisis del ex comandante general del Ejército, Luis Altamirano, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades desembocan en el crecimiento de las actividades delictivas y en la creación de grupos criminales, sin embargo, estas problemáticas pasan desapercibidas.
A su criterio, el gobierno debería plantear políticas a largo plazo para evitar la migración masiva. Altamirano detalló que la tercera ola migratoria que recientemente atravesó el país dejó a más de un millón de ecuatorianos sin retorno, es decir, que existiría un alto porcentaje de menores de edad que quedaron al cuidado de hogares monoparentales o de familiares cercanos, por lo cual buscan una ”referencia emocional” en pandillas o grupos delictivos.
Por otro lado, indicó que la declaratoria de Conflicto Armado Interno era el único instrumento jurídico para requerir el amplio apoyo de las Fuerzas Armadas. Si bien resalta que la militarización temporal en las cárceles es necesaria para evitar que las bandas criminales tomen el control, es importante que no pierda su institucionalidad sin desnaturalizar su verdadero rol. (AGM).