Quito, 20 may (La Calle).- La disolución de la Asamblea Nacional a través de la muerte cruzada firmada por el presidente Guillermo Lasso trajo consigo otro problema para el Ejecutivo: la aprobación del acuerdo comercial con China.
El 10 de mayo, el Gobierno del Ecuador firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el gigante asiático. Un acuerdo que el régimen difundió como un logró de su gestión.
Según el ministro de Producción, Julio José Prado, el país se abriría a uno de los mercados más grandes del planeta, pues esa nación tiene 1.400 millones de consumidores.
A través de redes sociales, el primer mandatario enumeró los beneficios del TLC: aumento de exportaciones no petroleras, reducción arancelaria para productos ecuatorianos y acceso a tecnología china.
Sin embargo, el acuerdo comercial no podrá entrar en vigencia tras la disolución de la Asamblea Nacional, pues ella se encarga de la aprobación.
Es con Asamblea sí o sí
La Constitución obliga a que los acuerdos comerciales con otros países deban ser examinados, en primera instancia, por la Corte Constitucional y después por la Asamblea Nacional. Esta última tiene la potestad de aprobar o rechazar los tratados comerciales.
El ministro de Gobierno, Henry Cucalón reconoció que el acuerdo «solo puede ser ratificado por el Legislativo, pero eso no va a ser posible por la muerte cruzada», señaló en rueda de prensa el 17 de mayo.
El secretario de Estado argumentó que se necesita de una nueva Asamblea para la ratificación, pero rescató que ya fue suscrito. Solo faltaría el voto favorable del siguiente Parlamento para que se ponga a caminar.
El Ejecutivo tenía previsto que el trámite duraría hasta finales de 2023 e inicios de 2024, pero con el nuevo panorama político que desató tendrá que demorarse más.
Beneficios del TLC
Según el Gobierno, el acuerdo comercial contempla una reducción arancelaria al 0 % para el 99.6 % de los productos ecuatorianos que ingresen a territorio chino.
El presidente Guillermo Lasso destacó que crecerán las exportaciones no petroleras entre USD 3 mil y 4 mil millones. “Para proteger nuestra industria, productos chinos como textiles y confecciones, calzado escolar, azúcar, arroz, leche, papas, maíz, entre otros, no ingresarán con beneficios al mercado ecuatoriano”, publicó el primer mandatario.
Asimismo, refirió que “el 50 % de exportaciones entrarán con cero aranceles. Lo demás se desgraban de cinco a diez años”.
Los aranceles dependerán de los productos. Por ejemplo, el atún y las sardinas se grabarán con un 0 % de entrada, mientras que el cacao o el camarón iniciarán con un 8 % y 5 % de aranceles y se reducirán a 0 % en cinco y diez años, respectivamente.
Otros productos que ingresarán a China serán los lácteos, carne de cerdo, pollo, pitahaya, piña, mango, arándanos y quinua con aranceles más bajos.
Por otro lado, Ecuador tendrá acceso a tecnología china. Celulares, auriculares, computadoras, impresoras, cámaras digitales, televisores, entre otros, para incorporar a la industria ecuatoriana. Sin embargo, textiles, confecciones, calzados, azúcar, leche, papa y más de 800 productos chinos se excluyeron para “cuidar” la industria nacional.