Quito, 12 nov (La Calle).- La delincuencia y la violencia impactaron gravemente a América Latina y el Caribe en 2022, costándole a la región un 3,44% de su Producto Interno Bruto (PIB), según un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Este alarmante costo representa cerca del 80% de lo que los países de la región destinan a educación y el doble del gasto en asistencia social. Estos números revelan la magnitud de la carga que el crimen representa para el desarrollo y bienestar en estas sociedades.
El BID desglosa este impacto en tres áreas fundamentales: la pérdida de capital humano, donde se incluyen las pérdidas por muertes violentas y encarcelamientos; los gastos en seguridad privada, que representan un 47% del costo total; y los recursos públicos invertidos en prevención y justicia penal, que abarcan un 31% del costo total. La pérdida de capital humano, a su vez, se llevó un 22% del gasto estimado. En palabras del presidente del BID, Ilan Goldfajn, “el crimen limita el crecimiento, genera desigualdad y desvía inversiones esenciales.”
Asimismo, el informe detalla que países como Jamaica, Trinidad y Tobago, Honduras, Ecuador, y México, entre otros, encabezaron las cifras de homicidios y de pérdida de capital humano, con valores de hasta el 1,19% del PIB. En contraste, Bolivia y Argentina mostraron menores tasas de homicidios, con pérdidas en capital humano de apenas 0,08% y 0,1% del PIB.
Finalmente, 3l costo directo del crimen se traduce, según el BID, en una barrera para el desarrollo a largo plazo, impidiendo la creación de empleos y afectando la inversión. Este informe destaca la urgencia de políticas integrales y coordinación entre los países para reducir el impacto de la delincuencia en la economía y en la vida de millones de personas en América Latina y el Caribe.r