Publicidad

Daniela Alcívar Bellolio: “El poder nos lanza yunques”

Apoya a Radio La Calle ($2,00)

Por: Juan Carlos Cabezas / @liberjuan

Quito, 07 may (La Calle).- La directora de la “Casa Carrión”, Daniela Alcívar Bellolio, (Guayaquil, 1982) pasa su cuarentena en Puembo, cerca del jardín que aparece en su novela Siberia. Con mirada crítica analiza los discursos políticos detrás de confinamiento.

La vida bajo control, confinamientos y distancias. ¿Cómo lo asume una escritora como usted?

Hace poco, junto a otras escritoras presentamos el último número de la revista Sycorax. Para esta edición escogimos como eje de debate la idea: “Frente a todo déspota”. En este artículo dejo claro que no me opongo a la cuarentena, ni al control, pero sí a que el “discurso despótico” nos modele. Las medidas tomadas alrededor de la pandemia no son ajenas a la política.

¿Cómo pensar críticamente esos discursos?

Siempre hay que leer entre líneas lo que se nos dice. Se nos quiere hacer pensar que en Guayaquil se enfermaron por indisciplinados y “brutos”. Eso no es así, porque cuando se requiere de su fuerza de trabajo, entonces sí son excelentes para el trabajo y la producción.

Otro ejemplo, por concentrarnos en el coronavirus, desaparecen los que padecen depresión, los que tienen ansiedad, los pacientes con cáncer, con lupus, etc. Hay que pensar críticamente los discursos políticos, incluso los biológicos.

¿Se está configurando una sociedad que no se puede integrar en colectivos por desconfianza?

Creo son estrategias del Gobierno que quedaron en evidencia en octubre pasado. Desde entonces busca neutralizar a la sociedad civil. Muchos de nuestros planes para este año quedaron en nada así que en la “Casa Carrión” promoveremos iniciativas para la colectividad, que piensen en lo comunitario desde el aislamiento.

No se trata de salir y hacer lo que nos dé la gana, pero sí de pensar con más detenimiento las tensiones sin los lugares comunes que nos quiere imponer el poder.

Se ha vuelto demasiado complejo pensar en el futuro, ¿le parece?

A pesar de que resulta complejo pensar en el mañana, existen cosas muy claras: el Estado busca la destrucción sistemática de la sociedad. La inversión en fuerzas represivas, los recortes a la educación y a la cultura no son señales, se trata de “yunques” que nos lanza el poder.

Creo que se puede resistir desde la escritura, resistir el desmantelamiento de la estructura social, sin discursos “culposos”. La cultura no es un hobbie, ni un privilegio o un esnobismo, es un derecho.

¿A lo mejor solo interesa el dolor de los demás cuando se parece al personal?

Yo matizaría esa cita. En el contexto del libro se narra un duelo, un momento de mucha ira contra el mundo. Luego de tres años me doy cuenta que es una de las fases por las que debía pasar. Es interesante hacer un punto de contacto de ese dolor tan íntimo con algo colectivo, Me parece que como sociedad hemos demostrado que podemos superar la lógica individualista. En octubre pasado lo vimos. La sociedad civil se organizó para acompañar la acción política de las nacionalidades indígenas. Nunca vi un deseo de apropiación, me gusta pensar así.

La tecnología nos individualiza de forma extrema…

Es necesario utilizar las armas del enemigo en su contra. Los dispositivos están ahí y no los vamos a botar a la basura. Hay que poner en marcha la imaginación para repensar los usos para los que fueron inventados, para ponerlos al servicio de la acción política, con miras a un reforzamiento de la comunidad, de lo micropolítico. Si nos constreñimos a las miserias del capitalismo nos van a ganar. Hay que pensar potenciar políticamente todas las herramientas.

¿Estas imágenes de animales paseando por zonas urbanas que sensaciones le generan?

Me generan tristeza. Dan cuenta, de lo invasivos y violentos con el mundo que somos. El antropocentrismo ha maltratado y violentado a tantos cuerpos. El propio origen del coronavirus está en el consumo de animales por parte del hombre. Cuando salgamos, vamos a arrasar todo de nuevo, entonces, volveremos a confinarnos: la verdad siento pena.