Quito, 18 mar (La Calle).- Abandono y destrucción. Esta es la imagen que presentan cuatro parques de Guayaquil, bajo administración del Estado ecuatoriano, que durante un tiempo sirvieron como sitios de recreación, reunión familiar, para la práctica deportiva y como contacto directo con la naturaleza.
Se trata de sitios que hasta hace una década fueron referentes de espacios naturales junto con el parque Samanes. En 2023 este último pasó a la administración municipal que logró su recuperación para la ciudadanía, pero ahora es objeto de una disputa entre el Gobierno Nacional y la Alcaldía.
El parque infantil La Atarazana, El Lago, el complejo Pío López Lara y el área natural Isla Santay son los sitios, bajo tutela del Estado central, pero que carecen de mantenimiento, a tal punto que sus estructuras están severamente dañadas y los espacios verdes están cubiertos de maleza, lo que impide a un eventual visitante de un disfrute en estas instalaciones.
Parque infantil La Atarazana
Está ubicado en la ciudadela del mismo nombre, en la avenida Carlos Luis Plaza Dañín y 4to Callejón, junto a las instalaciones de la agencia BanEcuador. Fue entregado a la ciudadanía en el año 2016 como parte del proyecto Multiparques. Durante algún tiempo prestó servicios con una pista multifuncional, juegos infantiles, aparatos biosaludables, además de un espacio lúdico, una plaza multifuncional y áreas de esparcimiento.
El material sintético de la pista en la zona cercana a los juegos infantiles, acusa daños en varios tramos, al igual que las bancas de madera y el césped sintético; la cancha de futbolito requiere de mantenimiento, ya que el césped tiene hendiduras y la red del arco está deteriorada. Además, este espacio posee una cubierta de malla que está rota.
La zona de la caminera, entre la cancha y la jardinera, tiene adoquines levantados que pueden ocasionar un accidente a los usuarios, mientras que los aparatos biosaludables rechinan debido a la herrumbre en su estructura. Dentro de las jardineras por lo general se acumulan las ramas, hojas de los árboles y arbustos sin que se las retire en forma periódica.
Parque El Lago
Este espacio se encuentra en el kilómetro 26, vía a la Costa y fue creado en el año 2002 y repotenciado en 2016; en su interior se puede observar flora de bosque seco tropical y espacios que deberían ser usados para pícnic, caminatas y ciclopaseos. No obstante, el lugar adolece de deficiencias en su estructura.
Para ingresar a esta área se debe cruzar el área de ciclovía y desde el primer momento se observa que el letrero del nombre del área recreativa está cubierto por las ramas de los árboles, la capa asfáltica presenta daños y la caminera tiene adoquines levantados por las raíces de los árboles.
Otras observaciones son que el césped del área de picnic está lleno de maleza frondosa, las bancas están cubiertas de moho, existe un poste ornamental inclinado, las escaleras que dan acceso a la zona de pícnic están cubiertas de maleza. Lo más evidente es el área del lago artificial, cuyo espejo de agua no se puede observar porque está lleno de lechuguines.
Complejo Pío López Lara
Se encuentra en el cuadrante de las calles Capitán Nájera (N), Cuenca (S), Los Ríos (E) y Tungurahua (O); en esa área funcionó el Estadio Ramón Unamuno y el coliseo Abel Jiménez Parra (que fue trasladado al parque Samanes), pero permaneció el estadio de béisbol Yeyo Úraga. Fue inaugurado en el año 2016 como un parque recreativo.
Después de 9 años, el lugar acusa varios problemas: la cancha de básquet carece de aros, la carpeta del carril para trotar está desgastada en ciertos tramos, la pista de skate luce abandonada y varios tramos del césped artificial se encuentra en mal estado, sin excluir toda el área verde lleno de maleza y basura.
Área de recreación natural Isla Santay
Este sitio fue intervenido con fines de recreación y para la práctica de deportes en medio de un ambiente natural; fue inaugurado en el año 2010 y para acceder a la isla se construyeron dos puentes para peatones, el primero que unía este sitio con el sur de Guayaquil, y el segundo que se conectaba con el cantón Durán.
El abandono del lugar comenzó a evidenciarse luego de un percance con una embarcación que colisionó con la estructura del puente que unía con Guayaquil, hecho ocurrido en octubre de 2017 y años después, un similar incidente inutilizó la segunda estructura. Los isleños dejaron de percibir ingresos económicos debido a que dejaron de recibir visitantes.
Actualmente, los puentes registran barandas y pisos destruidos, en unos tramos el material está levantado y en otros, con huecos; La vegetación creció de manera descontrolada, mientras que dentro de la isla existe un parque abandonado.
Además, se evidencia la basura por todos lados, letreros rotos y despintados, lo que un tiempo servían como señalética, una lona que hace las veces de techo y las bancas que están en el puente, están destruidos. Por último, los puestos de control están abandonados y destruidos.

