Quito, 06 dic (La calle).- En el corazón del Centro Histórico de Quito, el icónico Mercado San Francisco, fundado en 1893, se erige como el alma vibrante de la ciudad.
Más allá de su arquitectura que evoca la historia, este mercado es un crisol de tradiciones, donde las ‘caseritas’ atienden a su clientela con amabilidad y simpatía. Todo esto mientras preparan las delicias culinarias que reflejan la riqueza de la cultura quiteña.
La identidad quiteña reflejada en el mercado
Las deliciosas ofertas incluyen desde platillos nacionales emblema que van desde el encebollado hasta exquisitas tortillas de verde y jugos de frutas frescas que satisfacen los paladares de locales y visitantes.
El mercado se caracteriza por su diversidad y su colorido, que se refleja en los productos que se ofrecen, como frutas, verduras, flores, carnes, quesos, especias, hierbas medicinales, artesanías, entre otros.
Un epicentro místico
En una zona específica del mercado, aromas de colonias, hierbas aromáticas e inciensos se mezclan en el aire, indicando el espacio dedicado a las tradicionales ‘curas’ y ‘limpias‘. Doce negocios ofrecen estos servicios, liderados por experimentadas curanderas que afirman que la sabiduría viene con la edad. Las ‘curas’ y las ‘limpias’ son rituales ancestrales que buscan sanar y proteger a las personas de las enfermedades y las malas energías.
Estos rituales se realizan con elementos naturales, como plantas, huevos, velas, inciensos, colonias, entre otros. Las encargadas ejecutar estos procedimientos son las denominadas ‘curanderas’, mujeres que poseen conocimientos y habilidades para diagnosticar y tratar los males que aquejan a las personas. Por lo general tienen sus puestos específicos en el mercado, donde atienden a sus clientes con discreción y confianza.
La fundación del Mercado San Francisco
Este mercado, inicialmente construido en la calle Cuenca y Rocafuerte, es testigo de cambios a lo largo de los años. En 1994, fue trasladado a la Chimborazo, conservando su esencia pero enfrentando nuevos desafíos. Con alrededor de 150 comerciantes que dan vida a este epicentro cultural, el Mercado San Francisco sigue siendo un emblema de la identidad de Quito, donde la tradición y la modernidad se entrelazan en cada rincón
El Mercado de San Francisco se ubica frente a la iglesia, en un espacio que antiguamente era una plaza pública donde se realizaban ferias y eventos cívicos. El mercado se inauguró oficialmente en 1893, con el objetivo de ordenar y regular el comercio ambulante que se desarrollaba en las calles aledañas.
El mercado se convirtió en un punto de encuentro y de intercambio de productos agrícolas, artesanales y gastronómicos entre los habitantes de Quito y de las zonas rurales.
La evolución del mercado
El Mercado de San Francisco es un lugar que conserva la historia y la cultura de Quito, pero también enfrenta los desafíos de la modernidad y el desarrollo. Uno de los principales problemas que afectan al mercado es la falta de seguridad, que se manifiesta en los frecuentes asaltos y robos que sufren los comerciantes y los compradores. Una situación que esperan se pueda revertir a través de las acciones que desarrolla el cabildo capitalino para preservar estos espacios.
El Mercado de San Francisco es un patrimonio de Quito, que merece ser reconocido y apoyado por las autoridades y la ciudadanía. Es un espacio donde se puede apreciar la diversidad y la riqueza de la capital ecuatoriana, así como la calidez y la sabiduría de su gente.
Visitar el mercado de San Francisco es una experiencia única e inolvidable, que permite conocer y disfrutar de la tradición, la gastronomía y la cultura de Quito.
