Publicidad spot_img

Apoya a Radio La Calle ($2,00)

COVID-19, la enésima epidemia (Parte 3)

Por Mauricio Galindo
Historiador

En los capítulos anteriores de este artículo conocimos la historia de las pandemias en el mundo. En este episodio nos centraremos en nuestro país y el brote del COVID-19.

Las plagas en Ecuador

En nuestro país, antes de la actual epidemia, se registraron, como en toda América la de Viruela, que ocasionó la muerte de cerca de la mitad de la población del Tawantinsuyu, de la que el actual Ecuador formó parte. Esta enfermedad tuvo un rebrote a inicios del siglo XVIII, ocasionando centenares de muertes, se dice que aproximadamente 2 mil de los 17 mil habitantes de la ciudad de Quito murieron. La decidida actuación del médico Eugenio Espejo permitió que el brote fuese controlado, luego de adoptar medidas de higiene y limpieza, cuidado de los enfermos, quema de los cadáveres, entre otras acciones.

“Eugenio Espejo es considerado hoy en día como uno de los pioneros en proponer que el origen de las enfermedades infecciosas se debe, no a maldiciones divinas sino a causas biológicas y que para evitar su dispersión se deben de implementar medidas higiénicas. Estas observaciones están recogidas en su aporte al libro “Reflexiones sobre las viruelas”. Su obra trata temas para la prevención de la viruela en referencia al estado de los hospitales, higiene y epidemias propias de la comunidad ecuatoriana en esos tiempos. Su trabajo fue tan acertado en el campo científico que el médico español Francisco Gil la añadió como apéndice en su trabajo”.

Otra de las epidemias de las que podemos tomar en cuenta lo de la temprana etapa de la República, fue la de Fiebre Amarilla, conocida como “Vómito Prieto” que arribó al puerto de Guayaquil, en una goleta, procedente de Panamá. A pesar de que el gobernador, y futuro presidente, Vicente Rocafuerte, ordenó la respectiva cuarentena, la plaga pronto se extendió a la ciudad, ocasionando más de dos mil muertos, cifra importante en una urbe que no debía rebasar los 25 mil habitantes a la época.

“La enfermedad conocida como vómito prieto se produjo como consecuencia del arribo de la goleta Reina Victoria al puerto, procedente de Panamá. Uno de los marineros había contraído la enfermedad, lo que derivó en un contagio a la mayoría de la tripulación. La embarcación fue declarada en cuarentena pero el mal se propago rápidamente. El gobernador, Vicente Rocafuerte adoptó medidas sanitarias para enfrentar la emergencia. A mediados de 1843 se declaró a Guayaquil fuera de peligro, la epidemia produjo 2073 muertos”.

La gripe española, arribó a Guayaquil en 1918, no provocó graves daños a la población porteña, sin embargo, al trasladarse el batallón “Marañón” desde Guayaquil hacia Quito, a pesar de que ya se encontraba el país con medidas sanitarias, en la capital si provocó una importante cantidad de contagios y 185 muertes. En Quito la epidemia tuvo más incidencia, por su clima frío, similar al que existe en las zonas europeas donde se originó.

“La “gripe española” fue detectada en Quito el 16 de diciembre de 1918. Al día siguiente, por disposición de las autoridades de higiene, se cerraron las instituciones de educación, se clausuraron las actividades públicas y se informó a la población de la circunstancia epidémica. Isidro Ayora, entonces decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, y los profesores de la Facultad de Medicina Luis Dávila y Aurelio Mosquera Narváez, trabajaron en un instructivo con normas higiénicas fundamentales y prácticas para resistir los efectos de la gripe. Sugerían a la gente abrigarse, mantener limpia la casa y quedarse en los hogares.

La medida resultó, pues la población de Quito era pequeña y respetó las recomendaciones. Para el 19 de enero de 1919, las autoridades sanitarias anunciaron que la epidemia de la “gripe española” fue controlada y autorizaron la reanudación de clases. El balance en Quito fue de 15.070 casos de gripe y 185 defunciones”.

Otras enfermedades como el Zika, o el Cólera han afectado a la sociedad ecuatoriana. El caso del Cólera, en 1991, fue bastante fuerte, ocasionando muchos infectados, sin embargo no llegó a niveles de epidemia. Se decretó la emergencia sanitarias en las provincias de Loja y El Oro, a fin de no permitir que el brote, aparecido en el norte del Perú, llegase a nuestro país, a pesar de lo cual, si arribó, pero en menor afectación.

El brote del COVID-19

Así luego de este recuento histórico a nivel mundial y nacional, llegamos al actual brote de la COVID-19. Esta Pandemia, que ya afecta a millones de personas en el Mundo, parece ser que se originó en China, a mediados del año 2019, debido al consumo de animales salvajes y las lentas y malas políticas sanitarias que se implementaron en la zona de la provincia de Hubei, en especial en la ciudad de Wuhan que contaba con 16 millones de habitantes.

Las acciones del Gobierno chino por contener la enfermedad, fueron tardías y a pesar de la dureza de las mismas, datos oficiales dicen que murieron solo cerca de 4 mil personas, datos extraoficiales mencionan a más de 40 mil. Actualmente, según Beiging, han logrado contener la enfermedad, con pequeños rebrotes.

“La cadena de televisión norteamericana NBC News, reveló en una investigación que el régimen chino habría ocultado el nacimiento de la pandemia del COVID-19 y que el sistema de salud de Wuhan ya estaba colapsado en noviembre del 2019.

Según dicho reportaje, Beijing informó el 31 de diciembre a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que una nueva cepa viral había nacido en aquella ciudad pero mintió al asegurar que ya estaba bajo control y sin ninguna posibilidad de que fuera a expandirse”.

Los otros países orientales afectados, lograron contener de manera muy concreta el brote, basados en la tecnología y en un intangible que es patrimonio de esa zona. La obediencia casi ciega a las normas dictadas por el Gobierno, sin importar si lo consideran bueno o no, incluso en países como la República de China, conocida como Taiwan, país de una extraña política, ya que no comparte con Beijing su comunismo, ellos son nacionalistas.

La República de China, no ha planteado independizarse de la China continental. No poseen ningún lazo con ella, por lo que no son parte de la comunidad internacional y no pueden, por ejemplo, trabajar con la OMS, a pesar de ello es de los más exitosos en el combate de la epidemia.

Taiwan, Singapur, Corea del Sur, Japón países de filosofía confucionista, priorizan el bienestar colectivo al individual, son modelos culturales que acatan las normas, y que siguen al pié de la letra las recomendaciones, asociadas además a tecnología de altísima eficacia que permite apoyar la gestión médica y política.

Así, por ejemplo, Corea del Sur implementó pruebas rápidas a la población, vía agenda digital, a gran escala. También otorgaban seguimiento por el teléfono móvil a los infectados, con lo cual pueden implementar medidas de cuarentena y mitigación adecuadas. Sumémosle a ello que son economías del Primer Mundo, que se pueden dar el lujo de priorizar esto, y no la supervivencia como en América Latina.

“Corea del Sur adelantó una campaña agresiva para combatir el virus. Puso todo su sistema de salud a disposición para diagnosticar tempranamente la presencia del covid-19 en los habitantes de zonas críticas del país”, explica Bugyeong Jung, periodista del servicio coreano de la BBC.

Un ejemplo de ello es que, a pesar de que EE.UU. y Corea del Sur anunciaron el mismo día el primer caso de coronavirus en sus respectivos países (20 de enero), hasta esta semana EE.UU. había examinado a 4.300 personas en su territorio. Corea del Sur, en cambio, hizo el test en 196.000. Ese método, aunque ha sido calificado de invasivo, ha logrado salvar vidas”, añade Jung.

En el lejano Oriente la Pandemia se podría decir controlado, y en el Mundo vamos más de un millón de infectados.

Lamentablemente podemos ver que los países con los líderes de corte más autoritario y populista, encabezan las macabras cifras de contagiados y defunciones. Italia y España hasta hace poco comandaban los listados de la catástrofe. Países con tradiciones políticas caóticas, con modelos sociales y culturales ajenos al respeto a la autoridad han, sin embargo, tenido también la mala suerte de contar con Gobiernos que priorizaron el ocultamiento, la minimización y la improvisación a cumplir con mínimos niveles de responsabilidad.

El golpe del COVID-19 en Europa

Detengámonos en el caso de España, que gobernado por el Tradicional Partido Socialista Obrero Español (Psoe) con Pedro Sánchez a la cabeza, tuvo que aliarse con el populista pseudo izquierdoso de “Podemos” dirigido por Pablo Iglesias. Este último acostumbrado a dirigirse con el encuestómetro permitió, junto a Sánchez, barbaridades como la Marcha del 8 de Marzo, por el día de la Mujer, donde se contagiaron miles de españoles. Al día siguiente, una vez cumplido el mitin político de los “Progres” se decretó, ahí sí, la minimizada emergencia sanitaria. Tamaña irresponsabilidad que ha costado miles de muertes y el colapso económico del país ibérico.

“Pero aquí, y sin la debida responsabilidad política que obliga a los gobernantes por la gravedad de la situación, se permitían las conglomeraciones, con más de 100.000 personas el 8 de mayo en la capital; sin un plan contingencia real, ni con las previsiones y medidas económicas encima de la mesa para paliar esta amenaza, ¿cuánto costará ahora luchar contra el coronavirus?”

COVID-19 en EE.UU.

Trump en Estados Unidos y Boris Johnson, el variopinto Primer Ministro del Reino Unido, son casos de estudio. El británico decía que se infectaran los que deban, y que la economía no se puede detener. Johnson está el día de hoy, en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Londres, como que su propia afirmación se hizo verbo.

Trump ha negado y se ha contradicho en esta situación. Hoy Estados Unidos encabeza la lista de infectados a nivel Mundial, con más de 300 mil casos, y varios miles de muertos, sobre todo en el estado de Nueva York, cuyo gobernador se ha enfrentado fuertemente al gobierno central, y ve desolado, como su ciudad emblemática, Nueva York, padece un azote que llena de lágrimas a sus habitantes.

“Pero en lugar de dejar las mentes en reposo, el desenfrenado desempeño de Trump exhibió muchos de los hábitos personales y políticos que han definido su tumultuosa presidencia. Fue un espectáculo inquietante en un capítulo tan desgarrador de la vida nacional, el tipo de momento en que los presidentes están llamados a proporcionar un liderazgo constante y nivelado”.

COVID-19 en América Latina

En América Latina existen tres gobernantes que son los que encabezan la precariedad política que campea en el Mundo. Jair Bolssonaro desde Brasilia campea con una indiferencia que hiere a su pueblo, tanto así que los cacerolazos por su pésima gestión son cosa diaria. Paseaba sin mascarilla, y decía que a los brasileños nada les iba a pasar, hasta que dos de sus ministros cayeron enfermos, y con expresiones dispendiosas y fuera de lugar, ha exacerbado el ánimo del pueblo, e incluso de los Gobernadores de estados, como Sao Paulo, el más grande, poblado y poderoso del país.

“Brasil tiene que volver a la normalidad inmediatamente”, exigió Bolsonaro en la entrevista con TV Bandeirantes, a la vez que admitió que “lo lamento, algunas personas van a morir”, pero consideró que “esa es la vida”. “No puedes paralizar una fábrica de automóviles porque hay accidentes de tránsito”, agregó, haciendo un paralelismo con la situación generada a partir de la pandemia de coronavirus.

En línea con sus últimas declaraciones, Bolsonaro volvió a minimizar los efectos de la enfermedad, la cual, según él, “para el 90% de la población, es una gripecita o nada”. “Brasil no puede parar y solo pensar en el coronavirus. Hay gente con cáncer, cálculo renal, mujeres que van a dar luz. Hay que acabar con esa crisis de histeria. Brasil no va a parar”.

En México Andrés Manuel López Obrador constituye un monumento a la impreparación para un cargo. Campechano, sin estructuras políticas, ni mentales da la espalda a la enfermedad. Como si nada pasase recién el 04 de abril, más de dos meses después del brote, va a actuar. Símbolo del Populismo de izquierda que tanto daño le ha hecho a nuestra región.

En el siguiente capítulo de este artículo
conoceremos cómo la COVID-19 ha afectado al Ecuador.