Publicidad spot_img

Apoya a Radio La Calle ($2,00)

COVID-19, la enésima epidemia (Parte 1)

Por Mauricio Galindo
Historiador

Desde los albores de los tiempos, las enfermedades han asolado a la Humanidad. Y estas enfermedades son más mortíferas cuando se convierten en epidemias, que atacan a los conglomerados humanos. Desde el 430 AC, con la Plaga de Atenas, hasta la actual de la Covid-19, más de 20 epidemias han destruido sociedades humanas enteras, ocasionando severísimos daños, no solo diezmando drásticamente la población, destruyendo de igual manera el tejido productivo, social, cultural. También generan cambios geopolíticos, de incalculables consecuencias, y que en muchos casos, han redefinido el poder, local, regional, e incluso mundial.

“Desde la plaga de Atenas en el año 430 a. C, hasta el Covid-19 en el siglo XXI, más de 20 pandemias han puesto en riesgo la supervivencia humana. Cuatro de las más mortíferas han sido la peste negra, la viruela, la gripe española y el vih/sida”.

La primera plaga

Tomando como punto de partida, la Plaga de Atenas en el 430 a.C., asumimos el enorme poder destructivo que las Epidemias ejercen sobre la Humanidad. La Guerra del Peloponeso, enfrentaba por la Hegemonía griega a los áticos de Atenas, ciudad comercial y marítima, tierra de pensadores y demócratas, con una fuerte Armada que la convertía en una de las potencias del Mediterráneo oriental. Esparta, su rival, era una Polis militar, imbatible en tierra, con un modelo social que privilegiaba la férrea formación de hombres y mujeres, culta, pero sin el brillo de Atenas; sin flota marina, se jugaba su suerte en tierra.

Luego de una serie de batallas, Atenas decide refugiarse en los llamados Muros Largos, que se extendían por varios kilómetros desde Atenas, hasta el puerto de El Pireo. Pericles, el brillante estratega de la ciudad, decidió dejar el campo a merced de Esparta, mientras la población se refugiaba tras las defensas atenienses. La Marina, mientras tanto, atacaba a las ciudades aliadas de Esparta y traía provisiones a los más de 450 mil hacinados habitantes. En el 430 la Plaga llegó en los barcos que llegaban de Egipto, posiblemente tifoidea, venida de Etiopía, matando a más de 150 mil personas, afectando de igual manera a los sitiadores espartanos, que abandonaron el asedio.

Las consecuencias a corto y mediano plazo, fueron la muerte de los mejores soldados, marinos y dirigente de la Polis, incluido Pericles, lo que ocasionó que la ciudad, que recuperó efímeramente su esplendor, fuese finalmente derrotada por los dorios espartanos, y sometida al Gobierno oligárquico que imperaba en la ciudad militar.

A mediano plazo, cambiaron las formas de la Guerra, que pasaron de ser conflictos de poca monta entre Polis, a guerras sin cuartel que arrasaron la tierra helénica, preparando el terreno para la derrota final de las urbes griegas, ante las tropas macedónicas de Filipo II, en la batalla de Queronea del 338 AC, en la que Tebas y Atenas fueron derrotadas, poniéndose de este modo fín a la independencia griega, que se empobreció notablemente. La consecuencia a largo plazo, fueron que Grecia y Macedonia, que muchas ocasiones funcionaban como un solo estado federado, fuesen derrotadas por la República Romana, en el 148 AC, pasando la Hélade a ser una provincia más.

La Plaga de Justiano

Otra de las Pestes, que cerraron el Mundo antiguo, y cuyas consecuencias a mediano y largo plazo fueron la extinción del dominio romano, de la civilización helénica y del cristianismo, en general en Egipto, Siria, Palestina y el África del norte. Esta Pandemia fue la denominada “Plaga de Justiniano” que asoló desde el 541, hasta el 750, la zona del Mediterráneo oriental.

“ La plaga de Justiniano fue una epidemia que afectó al Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino, incluyendo a la ciudad de Constantinopla y otras partes de Europa, Asia y África desde los años 541-543. Se estima que, entre 541 y 750, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas, es decir, entre el 13 y el 26 % de la población estimada en el siglo VI. Se ha llegado a considerar como una de las más grandes plagas de la historia. Se supone que la causa de la plaga fue la peste bubónica”.

Según estudios realizados se trata de la misma cepa de peste que asoló al Mundo Medieval. Se trata, con mucha seguridad, de una variante de la Bubónica venida de China. El Mundo antiguo, contaba en Europa y el Oriente Medio, con dos grandes potencias: el Imperio Romano de Oriente, y el Imperio Persa Sasánida. En guerra permanente desde el Siglo II d.C., cuando el Reino Parto, de etnia aria, despojó del poder a los helenísticos Seléucidas del Asia Menor, su estado sucesor, el Imperio Sasánida, reconquistó el antiguo poder de los Aqueménidas de Ciro y Darío, con lo que inevitablemente se debió enfrentar al Imperio Romano.

Las Guerras, con alternativas, dejaron exhaustos a los dos estados “Luces del Mundo” como se autodenominaban, a los que la Plaga de Justiniano, dio una estocada mortal. Entre el 630 y el 650, los caballeros árabes musulmanes arrasaron a los dos Imperios: Roma se salvó con un esfuerzo supremo, perdiendo sin embargo Egipto, Siria, Palestina, Cartago en África. Es decir 3 de sus 4 Patriarcados cristianos, los más ricos y poblados. Para los sasánidas iranios, la suerte fue peor. El Imperio fue desbaratado, desapareció, y la milenaria religión y cultura persa, que había resistido incluso a Alejandro Magno, se extinguió, de manera formal, aun que influyó de manera notable sobre los musulmanes.

Esta plaga, es la que de manera más decisiva, hasta la plaga de viruela de América del siglo XVI, cambió la faz geopolítica, cultural, económica, religiosa del Mundo conocido. Trasmutó zonas helenísticas, latinas y cristianas de más de 500 años de antigüedad, perdiéndose de manera casi total el contacto entre Europa Occidental y el Mediterráneo sur y Oriental, hasta el siglo XV. Para el Mundo Iranio, se liquidó su identidad política y religiosa.

Peste Bubónica en el medioevo

De nuevo la Peste Bubónica apareció en el mundo, en el Medioevo. Se presentó con tal fuerza que despobló en casi la mitad a ciudades como Florencia, y causó la muerte a cerca de 200 millones de personas. Con mucho, la que más mortandad produjo.

“La Peste Negra en la Edad Media cobró la vida de 200 millones de personas. Esta plaga ha tenido varios brotes a lo largo de la historia. Entre ellos, el más mortífero y aterrador ocurrió en la Edad Media. Más de 200 millones de personas en el mundo, entre 1347 y 1351, murieron por la peste negra. Solo en Europa desapareció un cuarto de su población. Fue la pandemia que más horror trajo a la humanidad porque originaba pústulas y ganglios inflamados en los cuerpos de los infectados.

Se llamó también peste bubónica, porque inflamaba los bubones, o sea los nódulos linfáticos en ojos y órganos sexuales, y cuando avanzaba la enfermedad producía necrosis. Se asoció a la bacteria Yersinia Pestis, alojada en las ratas negras provenientes de los barcos de China. Pero fueron las pulgas de dichas ratas las que transmitieron la bacteria a los humanos. Solo con grandes incineraciones de ratas, cuerpos infectados y pulgas se logró a duras penas controlar la pandemia”.

A esta pandemia, están asociadas leyendas, e incluso relatos que nos colocan ante personajes, que conocemos de formas erróneas. Una de las causas para el triunfo de la Yersinia Pestis, fue el hecho de que la iglesia católica asociase al gato, con las brujas y el demonio, por lo que fue exterminado en el continente europeo. Sin uno de sus más feroces enemigos, la rata negra china, otros dicen que las marmotas de las estepas, invadieron ciudades y pueblos, matando incluso a los ratones nativos, más pequeños, con lo que la supremacía de estos roedores, se hizo total.

Existe una leyenda rusa, que relata que un año el Volga se heló, durante un invierno durísimo, y que millones de ratas y marmotas de la estepa, hambrientas se arremolinaban en las orillas del río, dispuestas a cruzar rumbo a las ciudades eslavas. Los gobernantes de los principados y ducados rusos, pusieron un gran ejército para contener a las feroces bestezuelas. Como era obvio, no pudieron detener el avance, y con ello se extendió la peste.

Las consecuencias de esta Pandemia, fueron el despoblamiento del mundo mediterráneo, con alrededor de un cuarto a un tercio de su población, la pérdida del movimiento económico y cultural, lo que ocasionó, según muchos historiadores, el retraso del Renacimiento, ya que muchas de las condiciones que permitieron poco después su eclosión, ya estaban presentes en Italia.

Continuaremos con la historia de las pandemias en el mundo y Ecuador en la siguiente parte de este artículo.