Quito, 30 mar (La Calle).- Los escándalos en la alcaldía de Quito en torno a la presunta participación del hijo del burgomaestre, Jorge Yunda, generan fuertes cuestionamientos a su administración por parte de concejales, actores políticos y la ciudadanía.
¿Hasta qué punto el alcalde conocía de los acercamientos, relaciones y disposiciones que daba su hijo Sebastián a los funcionarios municipales más cercanos a su despacho? ¿Por qué el hijo del alcalde tenía vía directa con los secretarios municipales? ¿Ellos nunca le comentaron nada al alcalde sobre este tema? ¿Nadie alertó sobre esta flagrante irregularidad?
Estas y otras preguntas deben ser aclaradas por Yunda padre, para que los quiteños puedan recuperar la confianza en su administración tan venida a menos, que ahora se encuentra en el ojo del huracán y bajo la lupa de la Fiscalía.
Este es el tercer escándalo que pone a tambalear a Yunda. El primero fue sobre la supuesta vinculación de entrega de grandes obras, como la repavimentación, a empresas lideradas por sus amigos más cercanos. El segundo fue la adquisición de las pruebas PCR que, hasta el momento, deja como saldo un prófugo de la justicia, el exsecretario de Salud, Lenín Mantilla, tres grilletes electrónicos colocados al propio alcalde, a la Secretaria de Salud y un tercero a la científica Linda Guamán. A estos dos escándalos se suma la supuesta participación de su hijo en la compra y adquisición de bienes.
Hasta que la justicia tome una decisión al respecto, la ciudadanía está expectante. Sin embargo, llama la atención que un medio digital haya tenido acceso a documentos y pruebas que son parte de una investigación que se encuentra en fase de indagación.
Muchas dudas y pocas certezas. Esperemos que el alcalde y la justicia, dentro del debido proceso, determinen responsabilidades y aclaren estos hechos.