¿Cómo será la Patria que reconstruimos desde la esperanza?

Muchas veces nos hablan de la Patria, que hay que ser patriota, que debemos arriesgar hasta la vida por la Patria. Pero, ¿qué es la Patria? ¿Qué es eso que merece tanto esfuerzo, tantas vidas, tanta sangre y lágrimas?

La Patria es un concepto profundo y evocativo, que ha sido definido de muchas maneras a lo largo de la historia. Desde los líderes revolucionarios hasta los grandes pensadores, invocando el pensamiento de Eloy Alfaro y Simón Bolívar, de las tres Manuelas, de Abdón Calderón, de los libertadores de nuestra América… La Patria ha sido entendida como una representación de la identidad colectiva, un sentimiento de pertenencia y de unidad.

La Patria es más que un simple territorio es una idea que representa la nación, sus valores y sus tradiciones, un lugar donde se cultiva la dignidad, la justicia y la libertad. Es un hogar compartido por todos sus habitantes, un espacio donde se construyen las bases para un futuro mejor. La Patria es, en última instancia, el reflejo de la esencia de un pueblo, de su historia y de sus sueños.

El concepto de Patria ha sido un motor para muchos movimientos sociales y políticos a lo largo de la historia.

Líderes como Bolívar y Alfaro, quienes han luchado por la independencia y la unidad de su nación, buscando construir una Patria fuerte y justa. Personajes como nuestras Manuelas, como nuestros tres Juanes, quienes han hecho de la Patria un ideal para alcanzar, trabajando por lograr una sociedad más equitativa y justa para todos sus ciudadanos.

Sí, la Patria es un concepto complejo y multifacético, que se mueve entre lo ideal y lo real, entre lo político y lo emocional; pero más que eso, es una idea que se renueva constantemente, que se adapta a los cambios y las necesidades de la sociedad. Pero sobre todo, es una idea que siempre ha sido fuente de inspiración y de esperanza para los pueblos del mundo.

Hoy la esperanza renace, el pueblo abofeteó una vez más al sistema, devolviendo la esperanza al futuro, y la luz del crisol ecuatoriano revelándose una vez más en la sonrisa de nuestra niñez.

Ha empezado la inmensa oportunidad de las nuevas autoridades de hacer las cosas bien, de trabajar con el pueblo y para el pueblo, para labrar nuevamente el camino, construir esa inmensa carretera que nos dé la verdadera independencia, el retorno a la democracia y el fin de la bancocracia.

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