Quito, 05 ago (La Calle).- A primera vista podría parecer que la relación entre el emperador francés Napoleón Bonaparte y los procesos de independencia en América Latina está en Simón Bolívar cuando tuvo oportunidad de conocerlo e inspirarse con sus acciones. Sin embargo, va más allá de ‘El Libertador’, sin el proceso de conquista de Europa, probablemente el proceso de independencia en América Latina hubiera tomado otro rumbo.
Napoleón y España
Después de derrotar a las tropas del zar Alejandro I y Francisco I de Austria, el militar tenía un gran control de Europa continental. En ese contexto, hizo un trato con España para invadir Portugal. Ese era el único país europeo que comerciaba con Inglaterra, con su conquista, planeaba dejar al Reino Unido aislado del continente.
No obstante, las consecutivas victorias militares lo llevaron a decidir que era mucho mejor apoderarse de España que asociarse con ellos. En mayo de 1807, invitó al rey Fernando VII y a su familia a Bayona, le obligó a abdicar y puso en el puesto de rey a su hermano José Bonaparte. Con ese hecho inician las guerras de independencia española, donde las tropas portuguesas, españolas e inglesas se enfrentaron a Napoleón y los franceses.
Las juntas de gobierno
En oposición a la conquista napoleónica se crearon las juntas, órganos locales que ejercían el poder legislativo y ejecutivo en sus territorios y desconocían la autoridad de José Bonaparte como rey de España. Estas juntas se replicaron en las colonias latinoamericanas, donde los criollos empezaron procesos incipientes de independencias.
El vacío de poder que llevó a las juntas también provocó cambios en el modo de gobierno de las colonias, donde los criollos, hijos de españoles asentados en América, buscaban tener más control político que los chapetones, es decir los conquistadores españoles que eran leales al rey Fernando VII.
A eso se suman las alianzas con los ingleses, quienes vieron una oportunidad de comercio sin los españoles en el medio. El dinero y las tropas que aportó Inglaterra llegó a ser tan grande que el canciller de ese entonces, George Canning aseguró: “La América española es libre, y si no nos equivocamos tristemente con nuestros asuntos, es inglesa”.
La luz de América
De manera que al llegar el 10 de agosto de 1809, un grupo de criollos y miembros notables de la Real Audiencia de Quito formaron una junta de Gobierno para tratar los asuntos de la Real Audiencia fuera de los intereses franceses y, con el tiempo, españoles. Si bien la independencia de América se inspiró en los ideales de la Revolución Francesa (1789) y la independencia de las colonias británicas (1776), Napoleón Bonaparte, sin saberlo, aportó con una vía política que iniciaría el proceso de liberación de nuestras colonias.
Aunque Bolívar admiraba las acciones de Napoleón, no consideraba su estatus de emperador como una buena forma de gobierno, tampoco la corona que posaba en su cabeza. «Confieso que todo esto solo sirvió para recordarme la esclavitud de mi propio país, la gloria que le correspondería a quien lo liberara. Pero estaba lejos de imaginar que yo sería ese hombre», diría después. (MIB)
Fuente: BBC Mundo