Quito, 27 sep (La Calle). – La geografía es un elemento importante para la operatividad del narcotráfico por parte de las bandas criminales en el Ecuador. El conocimiento del entorno permite identificar las actividades que desarrollan en cada provincia del país.
Un informe del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado (OECO) revela un diagnóstico diferenciado de este fenómeno a nivel provincial. Se vale del concepto «cadenas de valor» para comprender los productos o servicios del narcotráfico desde la obtención de la materia prima, pasando por la producción y el transporte, hasta el consumo.
Para empezar, es necesario saber qué grupos de delincuencia organizada (GDO) operan en qué territorios de la Costa, Sierra y Oriente. El OECO realiza la siguiente radiografía al respecto:
- Los Choneros: Esmeraldas, Santo Domingo, Manabí, Guayas, Santa Elena, El Oro, Loja, Azuay, Cotopaxi, Cañar, Los Ríos, Pichincha.
- Los Tiguerones: Esmeraldas, Guayas, Manabí, Pichincha.
- Los Lobos: Sucumbíos, Pastaza, Zamora Chinchipe, Azuay, Napo, Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo, Santo Domingo, Los Ríos, Guayas, El Oro, Loja, Cañar.
- Los Lagartos: Santa Elena, Guayas.
- Los Chone Killers: Guayas.
- Los Latin Kings: Guayas, Pichincha.
Etapas de los bienes y servicios ilícitos
El Observatorio desmenuza la interrelación de oferta y demanda de un abanico de bienes y servicios ilícitos en cinco etapas, pero esta nota se centrará en el narcotráfico:
- Materia prima: Cultivos ilícitos (hoja de coca, marihuana, amapola), gasolina, precursores químicos.
- Producción: Laboratorios de cristalización y refinación.
- Logística: Fletes marítimos, infraestructura vial, vehículos, lanchas rápidas, bodegas portuarias.
- Distribuidores: Expendedores, joyerías, empresas fachadas.
- Consumo: Sicarios, mercados emergentes, población joven.
Tráfico por mar, aire y tierra
El OECO señala que las bandas delictivas con presencia en provincias con perfil costero y fronterizas como Manabí y Santa Elena se especializan en el transporte de droga mediante embarcaciones pesqueras y aeronaves de bajo rendimiento. Cuatro puertos de salida manabitas (San Mateo, Puerto Cayo, Jama y Jaramijó) y tres santaeleneros (Anconcito, Santa Rosa, Chanduy)
En estas dos provincias se concentran 54 pistas clandestinas para el tráfico aéreo de drogas y los pescadores artesanales perciben USD 30.000 por cada viaje para transportar las sustancias.
En El Oro prima la contaminación de contenedores en sus puertos marítimos. El informe sostiene que clanes familiares con experiencia en el contrabando ejecutan esta actividad ilícita bajo la modalidad de doble fondo.
Por su parte, el Guayas requiere un análisis particular debido a que en él convergen una serie de delitos, desde el tráfico marítimo hasta el consumo. En sus puertos prevalece la contaminación de contenedores (principal problema) y existen redes de relacionamiento con la ciudadanía. Además, junto a Manabí y El Oro, se observaron diferentes prácticas corruptas vinculadas al narcotráfico.
En el tráfico marítimo por contaminación de contenedores, las organizaciones delictivas europeas han puesto sus ojos en los puertos para consolidar sus cargas para los centros de consumo.
Allí estarían asediados los terminales en San Lorenzo, Esmeraldas, Manta, La Libertad, Posorja, Guayaquil, Bolívar, Salinas, Balao y Bahía de Caráquez.
Carchi, El Oro y Sucumbíos comparten el tráfico terrestre de cocaína y marihuana como el principal giro de negocios de las agrupaciones ilegales transfronterizas. En Sucumbíos, la droga entra por los ríos limítrofes. Los antisociales utilizan lanchas y distribuyen por camiones a través de «La Bonita» (vía Loreto). También pueden continuar directamente por Santa Bárbara para ser guardada en Julio Andrade (Carchi).
Los pasos legales son parte de este entramado, en especial dos que quedan en Carchi: El Puente Internacional de Rumichaca en Tulcán y el paso en la parroquia de Tufiño. Además de los pasos ilegales en Tulcán, Tobar Donoso, El Chical, Maldonado, Urbina y El Carmelo.
En lo que respecta al tráfico por vía aérea, existen pistas clandestinas en Santa Elena concentradas en Chanduy, Salinas y San Rafael. Entre Pedernales y Santa Elena hay reportes de al menos siete pistas; mientras que desde 2019 se reportaron 40 pistas en Manabí.
Cultivos y laboratorios
Las provincias de Sucumbíos y Carchi registran cultivos ilícitos de hoja de coca y laboratorios de pasta base y refinamiento en cantones fronterizos con Colombia. Se considera que la razón es la afluencia hídrica de la frontera; sumado a la falta de control estatal, los grupos colombianos se asientan con centros de producción.
Sucumbíos sería un nexo clave para el tráfico de combustibles con la finalidad de elaborar la cocaína en ese país vecino. A la vez que -desde la pandemia- las bandas levantan laboratorios de refinación de clorhidrato de cocaína en zonas fronterizas.
Mientras que los territorios de Carchi son importantes para «la provisión de precursores químicos a través de la alta disponibilidad de farmacias en la ciudad de Tulcán«, reseña. Asimismo, no descarta la presencia de cultivos y laboratorios en zonas fronterizas.
Los laboratorios de cristalización y refinamiento son un problema también para Esmeraldas. Su cercanía con cultivos ilícitos de Carchi y zonas colombianas, abastecimiento de precursores químicos y laboratorios develan un «proceso de innovación e inserción a la cadena de producción de cocaína en el Ecuador», recoge.
El narcotráfico es la máxima expresión criminal en el Ecuador y "subsidia" a otros delitos como el lavado de activos, la corrupción, el tráfico de armas y de hidrocarburos.
Distribución y consumo
La distribución de droga está relacionada con el número de homicidios. Las disputas de las bandas criminales por las plazas de microtráfico se concentraron en en Manabí, Guayas y Santa Elena. Asimismo, son estas tres provincias en las que se ha manifestado mayor consumo de sustancias ilícitas.
Entre 2020 a 2022, se duplicaron los números de homicidios en las ciudades de Portoviejo, Guayaquil, Manta, Durán, Samborondón, Chone y La Libertad.
El fenómeno del microtráfico se estaría acentuando en Manabí y Guayas. El informe reporta una causalidad entre el almacenamiento de drogas ilícitas y el microtráfico. En Guayas, las bandas «brindan seguridad y acopian drogas ilícitas» y se han iniciado en el tráfico a pequeña escala.
En cuanto a Manabí, el almacenamiento de drogas ha provocado una dinamización del negocio hacia las ciudades. Sin embargo, en Santa Elena llama la atención el tráfico para consumo interno de drogas sintéticas en sus centros turísticos.