Quito, 15 de oct (La Calle).- William Camacaro, activista social Newyorkino, sostiene que el Caso Assange devela la opacidad de los mecanismos de control y manipulación de la élite occidental.
“Debemos más que nunca apoyar a los movimientos sociales. En Brasil las protestas son por miles y a Bolsonaro le es muy difícil gobernar en medio de todo el caos que ha generado, lo mismo ocurre en Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile, hay una enorme lucha popular que debemos apoyar”, recalcó.
Estas declaraciones se dieron frente al veredicto de la Justica Británico, en contra del periodista Julian Assange. La sentencia se emitiría el 4 de enero de 2021.
En el caso de ser condenado sería extraditado a los Estados Unidos y, probablemente, será encarcelado al menos: ¡175 años!
El cual seria un castigo que, junto con las sanciones hechas a dos miembros de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda de Gambia y Phakiso Mochochoko de Lesoto, envían un claro mensaje al mundo:
“Estados Unidos no tolera que dejen en evidencia las estrategias de sus aparatos de inteligencia”
Gracias a Wikileaks ha sido posible tener una dimensión real de las acciones de desestabilización e injerencia que el Pentágono y la CIA han desarrollado no sólo contra los países considerados objetivos militares.
Detrás del telón
Las revelaciones de Wikileaks sobre Venezuela, mostraron la acción de los distintos representantes de la Embajada estadounidense en Caracas.
En 2007, ese gobierno apoyó a un movimiento estudiantil que sirvió de semillero para los actuales líderes políticos de oposición. A Estados Unidos no solo le interesaba analizar perfiles de funcionarios del Estado venezolano.
Sino participar activamente en la creación de liderazgos políticos de oposición en Venezuela, que pudieran garantizar una sucesión en caso que el presidente fuera derrocado.