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Casa Ecuador París 2024: La Cumbre de la Cultura Ecuatoriana y una Elección Disonante – OPINIÓN

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En el vasto escenario de los Juegos Olímpicos, un evento histórico que se realiza cada cuatro años desde la época del mito, se alza una iniciativa sin precedentes: “Casa Ecuador París 2024“. Este ambicioso proyecto, encabezado por la Fundación Identidad Nacional (FIN) y el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), promete ser una vitrina impresionante de la riqueza cultural y natural de Ecuador, una verdadera “Embajada de la Naturaleza en el Mundo”. Este espacio único, ubicado en la icónica Calle 44 Rue des Francs Bourgeois, no solo busca destacar la biodiversidad y la cultura ecuatoriana, sino también promover el desarrollo sostenible y la inversión extranjera en nuestro país.

Cuando anunciaron la creación de “Casa Ecuador París 2024”, la noticia cayó como una lluvia de estrellas en el panorama cultural y deportivo del país. Qué lindo escuchar una noticia tan positiva luego de vivir una coyuntura tan fuerte para nosotros. Esta iniciativa promete ser una joya en los Juegos Olímpicos de París 2024, posicionando a Ecuador en el mapa global de una manera que nunca antes habíamos visto. Ni el “All You Need is Ecuador” se atrevió a tanto.

La Magia de Casa Ecuador

La idea de tener un espacio como “Casa Ecuador París 2024” es un golpe maestro por parte de un personaje innovador y perspicaz, como lo es Felipe Ferández-Salvador y Campodónico, un cineasta que nos ha demostrado que Ecuador puede y debe ser el “embajador de la naturaleza en el mundo.

“Casa Ecuador París 2024” no es solo una casa cultural; es un embajador viviente de nuestra riqueza natural y cultural. Ubicada en el epicentro del tráfico peatonal en París, esta casa se convertirá en una vitrina insuperable para promocionar la cultura ecuatoriana al mundo. Imaginen un espacio donde se pueda degustar el mejor chocolate y café del país, experimentar exhibiciones interactivas que replican la biodiversidad del Parque Nacional Yasuní y disfrutar de presentaciones artísticas que abarcan desde la soprano Gabriela Cobo hasta el músico Kaifo.

La idea de presentar a Ecuador como “la Embajada de la Naturaleza en el Mundo” es tan brillante como una noche estrellada en los Andes. Esta iniciativa no solo busca destacar la belleza de nuestro país, sino también promover el desarrollo sostenible y la inversión extranjera. Durante los Juegos Olímpicos, “Casa Ecuador París 2024” organizará visitas guiadas para nuestros 40 deportistas clasificados y sus equipos, reforzando su sentido de identidad y orgullo nacional.

El Embajador Perfecto: Jefferson Pérez

La designación de Jefferson Pérez como embajador honorífico es simplemente perfecta. Pérez, nuestro campeón olímpico, campeón mundial, medallista en otros JJOO, encarna la disciplina, el esfuerzo y la dedicación. Todo lo bueno que nos representa a los ecuatorianos. Su presencia en este proyecto es un reflejo de los valores que queremos proyectar al mundo. Es un hombre que ha trabajado duro para poner a Ecuador en el mapa deportivo y continúa inspirando a las nuevas generaciones a seguir sus pasos. En pocas palabras, Jefferson Pérez es el símbolo de la excelencia ecuatoriana. Su historia de vida es una inspiración constante, y tenerlo como embajador es una decisión que merece una verdadera ovación, un aplauso de pie.

Y Entonces… Lavinia Valbonesi

Así es… como en toda buena historia, siempre hay un giro inesperado. Quizá sea algo entendible desde la perspectiva del cine, algo para poner la controvercia de la trama. Aquí es donde la narrativa se enturbia: la designación de Lavinia Valbonesi como embajadora honorífica de “Casa Ecuador París 2024” es, cuanto menos, desconcertante. En un país lleno de mujeres que han sudado y luchado por poner en alto el nombre de Ecuador, elegir a una influencer que no ha hecho mayores contribuciones significativas al deporte o a la cultura ecuatoriana es, cuanto menos, desconcertante. En una era donde las luchas feministas desafían el sistema patriarcal y conceptos tan caducos como el de “primera dama”, este nombramiento, quizá por ser la esposa del Presidente, se siente como un retroceso.

¿Dónde están las Neisi Dajomes, Glenda Morejón, Angie Palacios o Lucía Yépez? Mujeres que han demostrado con creces su valía en el ámbito deportivo y que realmente merecen este reconocimiento. Eso por no mencionar a grandes mujeres en otras ramas como la cantante Paulina Aguirre, la investigadora Gabriela Moreira Aguirre, la activista, Alicia Cahuiya… Comparar sus logros con los de Valbonesi es como comparar a un león con un gatito doméstico. Es una elección que se ve más como un truco publicitario que una decisión basada en méritos reales.

Reflexionando sobre el Mérito y la Justicia

Es como si se intentara imponer una figura que no tiene el mérito necesario, empañando lo que debería ser una celebración de nuestros logros y cultura. Ser esposa del presidente no es un mérito. Es un rol circunstancial que no debería ser la base para recibir honores que otros han ganado con sudor y esfuerzo.

Jean-Paul Sartre decía que “el hombre está condenado a ser libre”, y con esta libertad viene la responsabilidad de nuestras elecciones. La designación de Valbonesi es un uso irresponsable de esta libertad, una que trivializa el verdadero valor del esfuerzo y la dedicación. En una era donde las luchas feministas desafían el sistema patriarcal y conceptos tan caducos como el de una “primera dama”, poner a Valbonesi en un pedestal solo por su relación con el poder es un retroceso monumental.

Un Llamado a la Coherencia

Insisto, “Casa Ecuador París 2024” tiene el potencial de ser una plataforma que destaque lo mejor de Ecuador. Es algo que nos llena de orgullo y de esperanza de que el Ecuador todavía tiene mucho que ofrecer al mundo. La presencia de Jefferson Pérez ya es un paso en la dirección correcta, pero debería estar acompañado por una persona cuya trayectoria en el deporte o en el ámbito social sea igualmente ejemplar.

Apoyo totalmente la iniciativa de FIN y el COE con “Casa Ecuador París 2024”. Es una oportunidad única para mostrar al mundo la verdadera esencia de Ecuador. La designación de Jefferson Pérez es un gran acierto, pero la elección de Lavinia Valbonesi es un desliz que opaca un proyecto brillante. Entiendo que por razones publicitarias y de marketing esta decisión no se pueda revertir, pero nuestros embajadores deberían ser verdaderos representantes de la grandeza y dedicación de nuestro pueblo. A pesar de este traspié, estoy convencido de que esta mancha no opacará la magnificencia y grandeza de lo que representa este proyecto.

Porque, al final, lo que realmente importa es ser fieles a nuestros valores y reconocer a quienes realmente lo merecen. Pero lamentablmente el brillo de un gran proyecto se ve empañado por decisiones basadas en la popularidad superficial en lugar del mérito verdadero. Nuestro país merece más, y nuestros embajadores deberían reflejar esa grandeza en cada paso. Reconozcamos y celebremos a quienes verdaderamente lo merecen y sigamos trabajando por un Ecuador que refleje nuestros mejores valores en cada rincón del mundo.

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