Publicidad

En Cañar, la educación a distancia se debate entre pobreza y migración

Apoya a Radio La Calle ($2,00)

Quito, 14 de sep (La Calle).- En el cantón Déleg, provincia del Cañar, los estudiantes tienen serias complicaciones para acceder a la educación virtual. Un docente de una unidad educativa fiscal, que prefiere mantenerse en el anonimato, contó a La Calle los problemas que atraviesan sus alumnos para estudiar, acceder a sus clases y presentar las tareas.

“Hay pocos estudiantes que cuentan con un equipo de computación en casa y aún más escaso es el porcentaje de alumnos con acceso a internet en sus hogares”, señala uno de los estudios sobre la situación económica, social y tecnológica de Déleg realizados por el docente.

Los padres de familia de Déleg (obreros y comerciantes informales en gran medida) trabajan en ciudades cercanas. La mayoría son familias de bajos recursos. Los problemas de educación de sus hijos van desde falta de equipos hasta la presunta deserción por migración debido a la falta de oportunidades laborales de sus padres. 

“Licen, ya no voy a estudiar”

A dos semanas de haber iniciado las clases virtuales, el profesor cuenta que sus estudiantes le llaman y escriben para pedir plazos en la entrega de tareas, compra de equipos y problemas de conexión de internet. La Calle reproduce textualmente algunos testimonios:

-Licen, ya no voy a estudiar (alumno de tercero de BGU que emigrará ilegalmente a EE.UU).

-Licen, este celu es de mi hermana y aquí nos conectamos todas las 5 hermanas.

-Licen, disculpe que le llame tan noche (23h10) a esta hora llega mi papá de trabajar y puedo usar su celular para hacer las tareas.

-Licen, solo tenemos un celular para mí y mis tres hermanos, déjeme presentarle la tarea más luego.

-Licen, espérenos la tarea hasta el fin de semana, vamos a comprar una computadora y a poner internet para estudiar.

-Licen, espéreme la tarea, recién me compraron una computadora y no sé cómo usarla.

-Licen, ayúdeme, solo voy a mandar los deberes y no voy a poder conectarme a las clases porque estoy trabajando.

La situación obliga a migrar

El docente menciona que la falta de oportunidades laborales obliga a algunos padres a migrar. Entonces sus hijos asisten uno o dos años a clases sin finalizar debidamente.

“No son casos aislados. El anterior año, antes de la pandemia, se fueron tres alumnos. Migran legal e ilegalmente. Estos tres se fueron ilegalmente y con el de ahora también. (…) hay casos en que los padres de familia mueren en accidentes laborales, sus hijos se quedan huérfanos (…) con algún familiar”, comenta.  

El profesor indica que debido a la pandemia algunos estudiantes se han visto obligados a trabajar para ayudar en el hogar. De sus alumnos, dice, “tengo alrededor de unos 15 que no sabemos nada de ellos (…) con los tutores estamos tratando de comunicarnos para ayudarlos”.

Sin embargo, sin pandemia los problemas persistirían. El estudio realizado por el docente informa que la unidad educativa en la que labora apenas cuenta con un proyector y un solo laboratorio para 380 estudiantes, hay 17 profesores y solo existe conexión a internet para el personal administrativo y docente. Según el Instituto Internacional de Derecho Humanos (Estrasburgo) el acceso a la información y a la sociedad de la información en condiciones de igualdad y no discriminación es un derecho humano de cuarta generación. (Christian Echeverría).