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La violencia policial cubre de furia a Estados Unidos

Quito, 05 sep (La Calle). – El reverendo Martin Luther King, líder del movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos, dijo que no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos. No se equivocó. En los últimos dos meses, su país ha vivido una ola de protestas por la brutalidad policial contra los afroamericanos. Un problema que azota a EE.UU desde su misma fundación.

Después de que un policía le disparara siete veces por la espalda a Jacob Blake de 29 años en Kenosha, Wisconsin. Los ciudadanos salieron a protestar, quemar llantas, destruir edificios. Las protestas dejaron dos muertos, también expusieron otros casos de violencia policial en este año. Blake quedó paralítico.

Asfixiado con una funda

El pasado 23 de marzo, Joe Prude llamó al departamento de policía de Rochester, Nueva York para que ayuden a su hermano que sufría un episodio de enfermedad mental. En un video de la cámara frontal del policía que llegó a manos de la familia el pasado 3 de septiembre, se puede ver a un oficial pidiendo a Daniel Prude echarse boca abajo en la calle.

Con esposas en sus muñecas, un policía le coloca una funda plástica en la cabeza. El ciudadano intenta levantarse, pero tres agentes se lo impiden. Lo someten en el suelo y colocan una rodilla sobre su espalda. En un momento Prude vomita dentro de la bolsa mientras lucha por respirar.

Minutos después llegan los paramédicos. Sin embargo, Prude ya tenía muerte cerebral. Falleció el 30 de agosto y en su autopsia se cuenta como causa de la muerte “homicidio por asfixia”. La presión de los habitantes en Nueva York permitió que se suspenda a los tres oficiales.

Muerte en Los Ángeles

Otro episodio violento ocurrió en Los Ángeles, donde el pasado 31 de agosto, un grupo de agentes de la oficina del sheriff dispararon una veintena de tiros a Dijon Kizzee, quién huyó después de que le pusieran una infracción cuando iba en bicicleta. En la persecución Kizzee golpeó a uno de los policías.

Después, dejaron allí al cadáver y lo esposaron, aunque ya estaba muerto. El hecho suscitó protestas en la localidad durante dos noches. Más violentas de las de Kenosha.

Visita de Trump

Cuando los periodistas le preguntaron por la brutalidad policial durante la visita del presidente Donald Trump a Kenosha, él respondió. “No lo creo. Creo que la policía hace un trabajo increíble y creo que hay algunas manzanas podridas (…) También está la otra situación, en la que están bajo una tremenda presión y no la manejan bien”.