Varios analistas consideran que María Paula Romo es quien sostiene al gobierno de Moreno. Precisamente, las funciones de la cartera de Estado que preside le faculta tener “conversaciones” por un lado, y por el otro, armar operativos y allanamientos. Por tanto, la lógica del Ministerio de Gobierno funciona bajo la premisa de “buenas leyes y buenas armas”; para garantizar el ejercicio de poder desde Carondelet.
A 125 días de las próximas elecciones, el statu quo, construido tras los bastidores del legislativo, se desarma. Los “acuerdos políticos” se han fracturado, y quienes participaban en presunta alianza ahora se delatan.
Durante la semana que concluye, las declaraciones del ex asambleísta Daniel Mendoza detalló datos relevantes del denominado reparto. Junto a él, Jean Carlos Benavides, quien fue su asesor, afirmó que “todas las cuotas políticas fueron aprobada por la ministra de Gobierno”. Considerando que los antes mencionados son sujetos procesales; sus versiones son válidas dejando sin efecto los presagios de Romo, al descalificar sus afirmaciones por su condición de presuntos delincuentes. Ahora, ella los denomina “cínicos”.
CNE golpea a Romo
Otro golpe que tuvo la ministra esta semana fue la decisión de los consejeros del CNE que, en honra a las garantías constitucionales, calificaron la candidatura del binomio de UNES.
Según Benavides, el ex asambleísta Mendoza, perdió la Dirección Regional de la ANT de Manabí, por “no apoyar la postura del Gobierno en el juicio contra Diana Atamaint”. Este elemento demuestra el cambio de la correlación de fuerzas.
Los efectos del reparto
La operadora política por excelencia del gobierno, enfrenta graves dificultades pues, cada vez, el presunto reparto, toma más forma. Los supuestos beneficiarios (Bucaram, Mendoza, Azuero) enfrentan procesos judiciales; elemento que también salió del control de la ministra pues, presumo, en su intento de establecer mecanismo de coerción, los implicados apuntaron sus declaraciones hacia Romo. En definitiva, nos encontramos frente al último aliento del gobierno.