Blonde: entre Norma Jeane y Marilyn Monroe | reseña

Por: María Isabel Burbano / @rizossalvajes

No pocos personajes han cautivado la gran pantalla de Hollywood en el siglo XX, pero Marilyn Monroe fue una de las estrellas más mediáticas, icónicas y desgraciadas de su época. Una novela sobre su vida (con varias licencias artísticas) apareció en 2000 bajo la pluma de la escritora Joyce Carol Oates. El director Andrew Dominik decidió darle vida en formato de película con un reparto espectacular donde destaca Ana de Armas como Monroe.

Los internautas no perdieron el tiempo para criticar a la obra. Es importante, creo yo, tomar en cuenta que es ficción. Muchos de los sucesos se han imaginado a partir de los aspectos más importantes de la vida de Marilyn, además que la época en la que vivió estaban presentes con mucho más fuerza que hoy el machismo, la violencia, las drogas.

El hilo narrativo de Blonde maneja la dicotomía Marilyn Monroe /Norma Jeane Baker. Norma vivía con Marilyn y viceversa. Con el pasar de los años, Norma se apagaba mientras que Marilyn tomaba el control. «Soy esclava de Marilyn Monroe» o «La chica que está en la pantalla no soy yo» son frases que parecen retratar la lucha interna de Norma por no ser solamente la rubia guapa a quien la brisa del metro le sube el vestido en La tentación vive arriba (1955)

Además de dualidad, otro punto importante es la pérdida del padre. Norma Jeane no conoció a su padre y su madre terminó recluida en un hospital psiquiátrico. En la película la búsqueda de su padre se da a través de los años. El beisbolista Joe DiMaggio y el dramaturgo Henry Miller son dos caras de la vida marital de Monroe. La escucharemos decirles «papi» en varias ocasiones y en buscar esa figura por el resto del film

¿Quién era Marilyn Monroe? ¿una bomba sexual que los volvía a todos locos? ¿una chica que quiso que la tomaran en serio como actriz? ¿una gran conocedora del teatro que no pudo separarse de Hollywood? ¿una de las amantes de John F. Kennedy? Son tantas las preguntas y las aristas de esta actriz y tal vez nunca las lleguemos a responder.

El reto de develar a Marilyn Monroe dejó de ser solo de los biografos y cayó en manos de los escritores y directores. Ana de Armas, comandando esta película, muestra una gran técnica y una actuación precisa que posiblemente llegue a las nominaciones al Oscar. Más que criticarla, podemos disfrutar de esta película, una de las tantas formas de mirar a Marilyn Monroe.

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