Recuerdo con mucha alegría que en el gobierno de Rafael Correa se implementó la ayuda para que estudiantes reciban una beca nacional o extranjera en reconocimiento a su excelencia académica. Quienes salieron favorecidos fueron con la consigna de estudiar; una vez que culminen y obtengan su título, regresarían al Ecuador para dar su contingente de conocimientos, como muestra de agradecimiento y retribución por los logros alcanzados.
Aquí el drama de una joven becaria que ha tenido que atravesar vicisitudes inmensas con su beca otorgada para estudiar en España.
Andrea L. obtuvo una beca para estudiar una maestría en España, después de haber sido una de las mejores estudiantes de pregrado en una universidad ecuatoriana. Llegó a Europa con la idea de lograr el ansiado título de cuarto nivel dejando a sus padres en Quito. Pero, en marzo de 2020, con la llegada de la pandemia de la Covid-19 lo cambió todo. Su vida como estudiante se convirtió en una batalla por sobrevivir.
De pronto dejó de recibir los USD 1.200 mensuales que se supone le debía entregar la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) como parte del programa de becas que financia el Gobierno. Ese dinero, que es parte del contrato que firmó con la Senescyt, no solo sirve para pagar la colegiatura, sino también el arriendo y la alimentación.
Ella forma parte de los muchos becarios que estudian en el extranjero y que por la pandemia, no reciben el dinero que mensualmente les debería entregar la Senescyt. La mayoría de ellos están en «España, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Rusia, Argentina, Países Bajos, Chile, Francia y Suecia”. Inicialmente se las ingenió para mantenerse con sus ahorros; pero el retraso en los desembolsos por parte de la Senescyt, la llevaron a vender parte de su ropa y varios artículos personales para cubrir el arriendo. A su vez nos dice que el retraso para los becarios en el extranjero es injusto; por su condición de estudiantes no tienen la posibilidad de trabajar. Es decir, fueron vilmente engañados por Lenín Moreno, presidente del Ecuador.
Otro becario: Diego Moya, coordinador de «ABREC», nos cuenta que tiene una beca para estudiar un doctorado en el «Imperial College London»
Nos dice que, por ejemplo, “a una becaria la operaron de suma urgencia» y tuvo que vender comida en la universidad para poder cubrir los gastos”.
Todos nos hemos preguntado: ¿Por qué este cambio tan radical de Lenín Moreno hacia nuestros «jóvenes becarios»? Hoy desprotegidos por el mundo. Aquí un breve relato:
Todo marchaba bien, hasta que culminó el mandato de Rafael Correa y luego la posesión de Lenín Moreno. ¿Cuál fue nuestra sorpresa? Que fuimos vilmente engañados y traicionados por una persona a quien lo ayudamos masivamente con nuestro partido de la lista 35 y en las redes sociales, a ganar la Presidencia.
¿Por qué engañados? Porque votamos por un candidato que continuaría con el proceso de gobierno que quedaba atrás por Rafael Correa y debía mantenerse en la linea de izquierda.
Cuando se posesionó Lenín Moreno, empezó a dar un giro descomunal hacia una extrema derecha, seguido por los grupos de poder, élites, banqueros, así como acérrimos opositores de Rafael y su gobierno, como son: Los Bucaram, Gustavo Larrea «El flaco querido», Lucio Gutiérrez, Galo Lara «El asesino de Quinsaloma» y otros mas. Y de apoyo como son los EE.UU. y los del FMI.
El diálogo devastador
En ese gran diálogo entre amigos que se dio cita en Carondelet, participaron: Juan Manuel Borrero, vicepresidente Ejecutivo del Grupo Proamérica y presidente del directorio de la ABPE; Julio Mackliff, vicepresidente ejecutivo del Banco de Guayaquil y vicepresidente del gremio, además de los directores Fernando Pozo, gerente general del Banco Pichincha; Francisco Naranjo, presidente ejecutivo del Banco Internacional, y Vicente Vallarino Marcos, vicepresidente ejecutivo del Banco Bolivariano. Al conclave se sumaron Angelo Caputti Oyague, presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil, y Antonio Acosta, presidente del directorio del Banco Pichincha.
Recordemos que para congraciarse con ellos, Lenín Moreno les condonó a los «grupos de poder» USD 4.500 millones. Dinero que pudo haberse destinado a cubrir los gastos de nuestros queridos jóvenes becarios y que hasta la fecha sus problemas no han sido solucionados.
Para culminar, leamos lo que dijo la asambleísta Liliana Durán Aguilar. Este tipo de historias parecen sacadas de una película de terror, pero NO, son las experiencias de más de 8.000 becarios que se encuentran abandonados por parte del gobierno. El Estado no desembolsa el dinero a tiempo y vulnera los derechos de nuestros jóvenes.
#SOSBecariosEcuador.