Quito, 27 Sept (La Calle).- La música clásica se escuchaba hasta el primer piso del Palacio. Habían traído a la vida al piano de cola del Palacio. El mismo que suele estar cerca del oratorio en el comedor de Carondelet. .
La melodía de un violín también estaba presente. Para el gobierno actual, la ocasión lo ameritaba, no siempre tenías a un premio Nobel en el país, uno que incluso comparte tu ideología.
Una vez dentro del Salón de los presidentes, ya esperaban los ministros de Estado. El de Deporte, Sebastián Palacios, lleva uno de los libros del Nobel en la mano. Otro de los funcionarios todavía llevaba un ejemplar dentro de la funda de Mr. Books. Después del autógrafo ¿recuperarán un espacio en el estante? Y más importante ¿volverán a salir?
Treinta y seis minutos después seguíamos esperando. El escritor peruano y el presidente Lasso saludaban desde el balcón a los ciudadanos en la Plaza Grande ¿sabrán ellos quién era ese hombre canoso que les movía la mano desde lo alto del palacio?
A las 16:48, Mario Vargas Llosa entra al Salón Amarillo con el apoyo de su bastón.
El Gobierno entregó al escritor la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Gran Cruz por sus seis décadas de trabajo en la literatura. Para nadie es extraño que condecoren al escritor peruano, Nobel de Literatura de 2010.
Querido Mario
El presidente (o sus discurseros, no lo sé) recordaron la muerte de dos escritores ecuatorianos. Ambos nunca tuvieron una Orden Nacional al Mérito. Tal vez porque como dice Lasso, ellos no eran liberales como Mario.
De allí si, se refirió a las ideas políticas, el eje de la amistad con el Nobel latinoamericano.
«Entré en la política con un camino muy claro: defender la libertad. En el camino me encontré con Mario […] Mario empezó su carrera con el idealismo político que caracteriza a cada joven, él siempre se ha mantenido joven. […] Para practicar estos valores hace falta ser un liberal. Si su obra es grande es porque es un liberal».
Recriminó a la izquierda tomarse la bandera de los intelectuales y reprochó los ataques en contra de Vargas Llosa en «gobiernos anteriores».
«No es coincidencia que esté del lado correcto de la civilización humana […] Ser liberal en América Latina es un acto de rebeldía. En la trinchera de las ideas siempre sentí el apoyo de Mario», precisó. Mario lo escuchaba con atención, apoyado en su bastón.
El comunismo
«El comunismo murió. El socialismo ya no existe». Además del agradecimiento, la disertación de Vargas Llosa versó en la crítica a los sistemas de gobierno de Cuba, Venezuela, China, Rusia y Nicaragua.
Después de recibir la gran cruz y acompañado de Lasso fueron a su despacho. Los violines volvieron a sonar.