Por: Alexis Ponce
Anexamos nuestra interpretación colectiva que hemos hecho como pacientes y familias vulnerables al ver el afiche de horarios y formatos de votación en Ecuador y enterarnos de la disposición del CNE:
1) Nos indigna el tercermundismo absurdo y anti – técnico del formato resuelto, cuando tenemos nuevas cepas peligrosas mucho más veloces y letales y un contagio al alza. ¿De las urnas a Terapia Intensiva?
2) Debían y podían privilegiar el Voto Electrónico para los Más Vulnerables desde casa; como está haciendo gran parte del planeta. Pero no olvidamos que la Sra. María Paula Romo cuando era ministra se opuso como gobierno y COE a la opción lógica y moderna del voto electrónico (Es decidor que al voto electrónico también se opusiera Trump).
3) Es imperdonable manipular a millones de personas sin información tecnológica ni educación sanitaria.
4) Es altamente riesgoso el modelo de votación aprobado en pandemia. Añadimos estos otros factores:
A) El uso del mismo esferográfico para todos los votantes. (Calculemos cuántas manos tocan ese «inofensivo» pero potencial agente de contagio)
B) El contacto masivo con el papel (las papeletas) / China se burlaría de nuestro atraso y torpeza: allá todo están tecnologizando para evitar contacto directo y aumento de la pandemia mundial y nuevas cepas.
C) La manipulación de las cédulas (en China y otras naciones ya no se usa artefacto tan antigüo)
5) Por lo tanto: ¿se lo hizo a propósito? Discutieron meses atrás qué modalidad de votación adoptarían en pandemia. Fue pública la noticia. Y algunos señalaron que «ya para el 2021 todo habrá mejorado». A la opción lógica, racional y segura del voto electrónico, se opusieron. Una de ellas: María Paula Romo y los operadores del CNE.
6) Si una potencia vivió el boicot abierto al voto electrónico desde casa (recordemos a Trump y sus trampas y horrores para evitar soltar el poder), ¿cómo no considerar que un pequeño país, con altos niveles de corrupción, va a hacerlo distinto e impecable, cuando el régimen, su élite empresarial y su clase política, han probado que les importa más la plata y muy poco la vida y la salud de los más vulnerables y en riesgo?
7) A eso sumemos que el CNE da a c/u de los miembros de cada junta 10 dólares y estos tendrán que hacerse una prueba PCR, que en el mejor de los casos costará $60. Eso es indignante.
8) Medio peligroso, ¿no? Bobos no son: midieron el peligro a lo que nos exponen a miles de familias y personas y a los más vulnerables en votación. Y decidieron descartar el voto electrónico aunque con éste el ausentismo sería menor.
9) Así que… ¿»ganó el fraude»?… porque las personas vulnerables no van a querer exponerse. Tenemos miedo de estar en las oficinas o las calles, peor el día de la votación: llevaremos nto. propio bolígrafo. Y la cédula en un portacédulas de plástico para bañarla en alcohol. Contendremos la respiración mientras votemos. Y cuando lleguemos a casa echaremos la ropa a lavar. Aún así, no sabemos si estaremos seguras, y lo mismo nuestras familias.
10) De los sondeos que hemos realizado a nuestros conocidos, y somos cientos de familias en el país, manifiestan que no irán a votar porque el certificado no tiene validez sino de un mes, y que «viendo cómo esté la situación» votarán, pero eso por necesidad, en la segunda vuelta. Entonces, el gran ganador aparentemente será el ausentismo. Recordamos que en el 2017 hubo un Apagón Tecnológico electoral de horas y que el fraude es un fantasma reiterado en el Ecuador del último sexenio. Hoy existen dudas de que este método tan poco técnico y moderno, no se preste a ello.
El CNE y el Ejecutivo nos deben una explicación a los grupos vulnerables y pacientes en riesgo de todo el país. ¿Qué institución y abogados nos ayudarán a demandar esas explicaciones y garantías?
Agrupación nacional de pacientes y familias vulnerables del Ecuador.