Lo que vimos en muchas películas dejó de ser ficción, lo que creíamos que quizás pasaría en unos 150 años está pasando ahora. El 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente; muchas personas acompañaron la celebración por medio de redes sociales, manifestando la importancia del cuidado de nuestro planeta.
Este artículo no tiene como objetivo enseñar nada a nadie; pero sí exponer de alguna forma lo que otras personas están haciendo y lo que esto puede aportar a la conciencia colectiva.
¿Cómo es que conociendo los daños al ambiente y las consecuencias de talar árboles y no volver a sembrar, botar o quemar basura, etc. se lo sigue haciendo? La falta de conciencia en algunos, despierta grandes ideas en otros; esto, con el único objetivo de disminuir un poco el daño que se produce en nuestro planeta.
El arte, utilizado por muchos como mecanismo para expresar o cuestionar de algún modo lo que está pasando a nuestro alrededor, es lo que llevó al artista guayaquileño Daniel Adum Gilbert a crear el proyecto NI UN SOLO USO. Una obra de arte sinceptual con función social, que promueve el uso de nuestro poder de decisión como consumidores más consientes, sensibilizando el uso excesivo de plásticos de un solo uso. Daniel es escritor, fotógrafo y creador del Sinceptualismo; conocido por sus obras que marcaron a la sociedad guayaquileña, tales como la Chanchocracia y Litro X Mate, que siguen perdurando entre las nuevas generaciones.
NI UN SOLO USO
Esta iniciativa nació cuando Daniel dio cuenta, de primera mano, de la contaminación que existe en el ambiente y los océanos, aunque él disfruta vivir muy cerca del mar desde hace varios años. Para el artista la playa es esa fuente infinita de amor, humildad y humanismo; ese espacio donde todos somos lo mismo y el horizonte es el último destino; pero ver todo tipo plástico en la playa lo hizo reflexionar sobre lo que se puede llegar a creer que es un problema sin solución.
Es así como Daniel comenzó a crear arte con todo el plástico que iba encontrando en la playa, (tarrinas y botellas de todos los tamaños etc.); usándolas para crear piezas escultóricas fundidas en hormigón, y de esta manera recordarnos lo que estamos consumiendo y desechando.
¿Por qué fueron piezas escultóricas las que Daniel decidió realizar usando plástico y no otro tipo de arte? Para él los procesos creativos siguen siendo un misterio. Son varios los años y muchos distintos eventos los que han pasado que hicieron que llegara a esa manera de comunicar su visión sobre el problema.
«Estas esculturas son tótems de conciencia y simbolizan el compromiso de abandonar la generación de desechos plásticos de un solo uso. Es una manera de abordar el problema desde la conciencia consumista individual».
Daniel Adum Gilbert
Daniel nos propone dejar de lado el pensamiento egoísta, dejar de culpar a los demás por la contaminación del ambiente y todos asumir la responsabilidad de lo que está sucediendo. Esto no solo se da por personas con poca cultura en el cuidado del medio ambiente, todos de algún modo somos responsables de este daño; como en el momento que compramos agua en una botella de plástico que termina siendo desechada a los pocos minutos y así sucesivamente con varias cosas «simples»; pero que generan un negativo impacto ambiental. El artista guayaquileño también expresa que la intención no es desprestigiar el plástico, ya que se hacen muchas cosas útiles. El inconveniente inicia cuando se lo usa de manera irresponsable.
«Todos somos consumistas, todos somos víctimas de este sistema de mentalidad desechable y todos hemos comprado o seguimos comprando productos vendidos en envases fabricados con plásticos de un solo uso», DAG.
Existen opciones ecoamigables muy buenas, sin embargo, nuestra falta de reflexión no nos deja ver la realidad con mayor seriedad, ya que es más «fácil» seguir haciendo lo mismo, como si no pasara nada. La tierra nos está hablando desde hace muchos años; en estos últimos meses nos está gritando por medio de situaciones difíciles y dolorosas, esta vez sin excepciones; pero nos cuesta tanto escuchar. Esperamos que todo esto pase para seguir haciendo lo mismo de antes ¿o no? ¿Y si nos detenemos un momento? Y no por la situación de no poder salir como antes, sino desde la conciencia real de que algo tenemos que cambiar, de ser mejores con nosotros mismos, con el planeta y con los demás.
Actualmente las obras de NI UN SOLO USO están a la venta; como ese recordatorio permanente de la conciencia desechable de nuestro tiempo y ese compromiso con la tierra. Un porcentaje de las ganancias son destinadas para la promoción, socialización del proyecto y también a fundaciones y proyectos que trabajan en el cuidado de las playas.
Daniel es un artista que sueña con poder ayudar a las personas a evolucionar su conciencia y a cuidar nuestro hogar llamado planeta. Como ser humano quiere tener una vida tranquila, con lo necesario y morir en paz. Hoy por hoy sigue trabajando en otras versiones de NI UN SOLO USO, utilizando otros materiales; pero con la misma esencia. «Yo puedo ayudar al planeta, ya sea haciendo mingas, dejando de consumir o comunicándolo por medio del arte».