Por Juan Carlos Cabezas / @liberjuan
En esta entrevista, el catedrático, poeta, narrador, ensayista y politólogo, Alejandro Moreano (Quito, 1944), analiza el panorama de la geopolítica mundial y “la cuarentena”, como una política de control.
¿El COVID-19 es la primera pandemia realmente universal?
El Síndrome Respiratorio Agudo Grave o SARS de 2002 y otras enfermedades, ya alcanzaron una repercusión global. Esta pandemia se distingue por un nivel de propaganda impresionante.
Muchos científicos encuentran, síntomas de una histeria colectiva. Enfermedades como la malaria, o la misma influenza, han causado más muertos.
El COVID-19 se ha convertido en una política mundial y está gobernando el planeta. Pensemos lo que significa tener a la humanidad en cuarentena. En octubre del año pasado había una movilización gigantesca en contra del neoliberalismo; en Santiago de Chile, por ejemplo, se reunían dos millones de personas en la Plaza de La Dignidad. Ahora, se ha consolidado una dictadura planetaria, de grandes empresas, de poderes fácticos. El “quédate en casa” se ha vuelto una política de control.
¿Surgirá una nueva reconfiguración del mundo posterior a la pandemia?
Esa es la gran discusión. Por un lado Slavoj Zizek (Eslovenia, 1949) cree que lo que estamos viviendo es un golpe al capitalismo del que surgirá “un comunismo del nuevo tiempo”; de otro lado, el coreano Byung-Chul Ham (Seúl, 1959), que teoriza sobre la extensión de un “capitalismo autoritario” y el control digital de las conciencias. Personalmente, tengo la esperanza de que Zizek esté en lo cierto.
La gente vive la crisis en casa y con una gran preocupación por su supervivencia, una doble presión ¿en qué puede desembocar?
Surgirán estallidos ante la falta de alimentos. Explosiones sociales se organizarán cuando la pandemia esté superada. Algunos expertos dicen que será en marzo del año entrante. En cuanto a la posibilidad de un “Gobierno Universal”, el filósofo Immanuel Kant (1724) ya lo planteó, pero a partir de la razón, aunque la protesta social jamás va a desaparecer. Solo en China hay cuatro mil huelgas diarias controladas por el Régimen: la lucha nos espera cuando termine la pandemia.
En 1990, la Internacional Socialista planteó la creación de un “espacio público mundial”, a financiarse con impuestos de las empresas de armamentos. Se buscaba que las farmaceúticas pasen a ser propiedad de la humanidad y dejen de negociar con la vida de las personas. Ideas similares cuentan ya con receptividad en 2020. Urge que los servicios de salud sean públicos y de acceso universal.
¿Algún escritor nacional trabajó sobre el tema de las pandemias?
La mayor referencia es la matanza del 15 de noviembre de 1922. Esa matanza es un imaginario permanente, aunque el viraje político de Guayaquil es total. Hasta los años 50, era el epicentro de la resistencia popular, luego la ciudad se “desplazó” a la derecha, en términos sociales y políticos, hasta ser el punto más alto del “modelo exitoso” de la oligarquía, que, finalmente, revela su verdadero rostro. No hay atención a los enfermos, no hay ataúdes, no hay donde enterrar a nuestros muertos: un fracaso estrepitoso. Un gesto básico de humanidad es honrar a los difuntos, es parte de la historia cultural de los pueblos.
Duelen los padres que no encuentran a sus hijos o a sus abuelos, tanto como los que aún buscan a sus seres queridos en las fosas comunes del franquismo o en una laguna.
¿Qué rol ha tenido la cultura en esta cuarentena?
Ha sido un papel interesante: museos, pintura y literatura para todos, aunque para la clase media, por eso pienso que debería tener un papel más universal.
Es momento de acabar con la literatura de entretenimiento y el control mediático que dicta quiénes son escritores y quiénes no. Promovamos literaturas cuestionadoras de la estructura del poder, como las escrituras periféricas que expresan la riqueza de los pueblos y la lucha por las identidades.
¿Sin medios digitales habría sido imposible enfrentar este periodo?
Si usted ha leído el Decamerón (Boccaccio, 1313) o las obras de Shakespeare, verá que se equivoca. En el Decamerón, 10 muchachos se encierran y empiezan a contar cuentos. Shakespeare, (Londres, 1564) escribió Romeo y Julieta en el escenario de en una Génova apestada, Gabriel García Márquez y “El Amor en los Tiempos del Cólera”, etc..
La humanidad ha respondido al dolor de forma creativa, la solidaridad es creatividad, también. Acabo de ver una imagen en Riobamba: campesinos entregando papas a ciudadanos de Riobamba, esperanzador de verdad.
¿Presentó “con las justas” su novela el Crimen del Tarot?
La presentación fue el 19 de febrero. El texto recién comenzó a distribuirse y no tiene una presencia significativa. Ojalá cuando termine la cuarentena aparezcan los lectores. Estoy ya preparando un nuevo texto: América Latina, Marx y la Mundialización.