Quito, 29 abr (La Calle). – La alcaldesa de Ibarra, Andrea Scacco, leyó una parte de un discurso del expresidente Rafael Correa en el Minuto Cívico por la celebración de los 150 años de las Fiestas de “El Retorno” en Ibarra.
El discurso de Correa data del 28 de abril del 2007 que estaba destinado para la celebración 135 de las mismas fiestas. Esta es la parte del plagio que realizaron en el discurso de la alcaldesa. Un fragmento histórico que nombra los orígenes de las fiestas de “El Retorno” y los ilustres personajes de Ibarra. Como es lógico, se omitieron las partes donde el expresidente realizó la rendición de cuentas de cuatro meses al frente del gobierno.
El discurso
“Imbayas, Cayambis, Otavalos y Caras se asentaron en esta tierra muchos siglos antes de la fundación española de 1606. Tantas lunas han pasado desde entonces, y este pueblo altivo de artistas y artesanos, de creadores y escultores, fue expresión del talento de sus hombres y mujeres, y por maligno equilibrio, fue también víctima de embates de la naturaleza, como el terremoto de 1868.
Esta actual ciudad, la más joven de las capitales de provincia, fue literalmente reconstruida en 1872, volvió de las cenizas como el Ave Fénix, y por ello, celebramos esta Fiesta del Retorno.
Esta ciudad, con visiones festivas de ladrillo al rojo vivo, calles empedradas, campanas de medianoche, vio desfilar por sus callejuelas, que fueran en el pasado de Doña Juana Atabalipa, nieta de Atahualpa, los pasos libertarios de Simón Bolívar, cuando dirigió la Batalla de Ibarra, en 1823.
Ibarra ha sido capaz de convertir las amenazas en fortalezas. Para enfrentar la peste bubónica pintó sus casas con cal, y nació la leyenda de ser, desde entonces, la ciudad blanca.
Fue el propio Libertador, quien, con su puño y letra, declaró Ciudad de la Villa de San Miguel de Ibarra el 2 de noviembre de 1829. Hoy, tantos años más tarde, nos encontramos en este suelo, para confirmar un combate distinto, pero igualmente hondo y transformador.
Esta tierra mestiza vio nacer a Pedro Moncayo, el ilustre patriota, precursor de la Revolución Liberal; a Víctor Manuel Peñaherrera, el autor de la Ley de Jornaleros o de abolición del Concertaje; es la tierra que vio nacer la ira y la esperanza de Agustín Cueva; la tierra donde vio la luz, en 1910, el inmortal Obispo de los Indios, Leonidas Proaño; y es, sobre todo, la tierra de mujeres y hombres de trabajo, de indígenas, alfareros, agricultores y artesanos e imagineros de trascendencia mundial”. MIB