Quito, 17 mar (La Calle).- Los alcaldes de Esmeraldas y Quinindé alzaron sus voces para denunciar la falta de coordinación y la insuficiente respuesta del Gobierno Nacional frente al grave derrame de petróleo que ha contaminado ríos, esteros y comunidades enteras en la provincia de Esmeraldas.
El desastre, ocurrido el 13 de marzo tras la rotura del Sistema Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), dejó al descubierto las falencias del Estado para gestionar emergencias ambientales y proteger a las poblaciones más vulnerables.
Vicko Villacís, alcalde de Esmeraldas, no ha dudado en calificar la situación como una «catástrofe» y criticó fuertemente la descoordinación entre las autoridades locales y nacionales. «Esto no es una emergencia, es una catástrofe. No tenemos cómo manejarla», declaró Villacís, quien aseguró que el Gobierno Nacional ha dejado a las comunidades afectadas en el abandono.
Por su parte, Ronal Moreno, alcalde de Quinindé, ha denunciado la inacción de las instituciones gubernamentales y ha recordado que este es el tercer derrame de petróleo en los últimos ocho años en la zona. «Este es el peor evento de derrame que hemos tenido en el último tiempo», afirmó Moreno, quien criticó la falta de presencia y apoyo del Ministerio de Agricultura a los trabajadores que perdieron sus cultivos.
Descoordinación y mensajes contradictorios
Villacís denunció que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) provincial no incluyó a representantes del cantón Esmeraldas en sus deliberaciones, lo que ha dificultado la gestión de la emergencia. «Nosotros no fuimos parte de ese COE provincial, a excepción de una mesa», explicó el alcalde.
Además, Villacís señaló que las declaraciones del presidente, Daniel Noboa, sobre la restitución del servicio de agua potable en Quinindé fueron erróneas, ya que la contaminación no afectó directamente a esa localidad. «El derrame es después de Quinindé, y por geografía, los ríos nacen en la sierra y desembocan en el mar. Nunca va a haber un contraflujo», aclaró.
Por otro lado, el alcalde de Quinindé, Ronal Moreno, criticó la falta de presencia de instituciones clave en la zona afectada. «Lamentablemente, hasta el momento, no hemos visto presencia de estas instituciones. Criticamos cierta inacción de las instituciones del Gobierno», expresó Moreno, quien exigió una investigación inmediata para determinar las causas del derrame y sanciones para los responsables.
Crisis humanitaria y ambiental
El derrame de crudo contaminó los esteros Achiote y Caple, así como los ríos Viche y Esmeraldas, avanzando 52 kilómetros río abajo hasta llegar a la parroquia San Mateo. Este desastre ha afectado gravemente los ecosistemas locales y ha dejado sin sustento a cientos de familias de pescadores y agricultores que dependen de estos recursos para su supervivencia.
La empresa de agua potable Epmapse suspendió la captación de agua del río Esmeraldas, dejando a miles de habitantes de Esmeraldas, Rioverde y Atacames sin acceso al líquido vital por al menos siete días. Richard Nazareno, jefe de producción de Epmapse, explicó que la decisión se tomó para evitar la contaminación de pozos y lagunas de presedimentación, pero esta medida ha generado una crisis humanitaria en la región.
Falta de apoyo y raciones insuficientes
Villacís también denunció que las raciones de ayuda enviadas por el Gobierno Nacional son insuficientes para cubrir las necesidades de las familias afectadas. «La gente siente que se levanta información, pero no llegan las raciones«, expresó el alcalde, quien aseguró que las comunidades afectadas necesitan apoyo inmediato para enfrentar la escasez de agua y alimentos.
«Estamos mal. No podemos cometer una irresponsabilidad de captar agua contaminada para procesar y enviar a nuestras familias», agregó Villacís, quien explicó que la restitución del servicio de agua potable podría tardar al menos 15 días, según estimaciones de Petroecuador.
Un llamado a la acción
Ante esta crisis, los alcaldes de Esmeraldas y Quinindé han hecho un llamado urgente al Gobierno Nacional para que asuma su responsabilidad y brinde el apoyo necesario para mitigar los efectos del desastre. «Emeraldas es la provincia que da el 60% del petróleo pero cuando hay una contaminación, parece que no existiéramos», lamentó Villacís.
Moreno, por su parte, insistió en la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva para evitar que este tipo de desastres se repitan en el futuro. «En los últimos ocho años ya tenemos tres derrames de petróleo. Esto no puede seguir pasando», afirmó el alcalde de Quinindé.
Mientras tanto, las comunidades de Esmeraldas, Quinindé y Rioverde continúan lidiando con las consecuencias de un desastre que no solo ha contaminado sus ríos y playas, sino que también dejó al descubierto las profundas desigualdades y la falta de preparación del Estado para enfrentar emergencias de esta magnitud.