Quito, 28 marzo (La Calle).- Familiares de desaparecidos continúan buscando a sus parientes, tras el deslizamiento de tierra en Alausí. Entre los escombros del barrio «Nuevo Alausí», varias personas se han reunido para buscar a vecinos, amigos y familiares.
La mañana del 28 de marzo y con un panorama aún devastador, habitantes del cantón llegaron a la «zona cero». El objetivo de estos grupos es encontrar a las personas que estaban en el lugar antes del incidente. Los ciudadanos llegaron cargando picos y palas para iniciar con la labor de búsqueda.
Los allegados de las víctimas lloran mientras cavan la tierra. La mayoría sin esperanza de encontrar a sus conocidos con vida. Sin embargo, con la idea de «al menos encontrar sus cuerpos».
¿Dónde están mis abuelitos?
Iván Quizhpi busca entre los montículos de tierra la casa donde residía para encontrar a sus abuelos. La pareja de ancianos se encontraba tomando café junto a toda la familia cuando el deslave llegó.
«Con las justas salí corriendo con mi guagua, pero ellos ya no alcanzaron», mencionó.
El joven recuerda que apenas hace una semana entrevistó a sus abuelos para un trabajo del colegio. Mientras que ahora los busca con la mascota del hogar, intentando ubicar donde quedaría la vivienda.
Perdí a mis cuatro hermanos y a mi padre
Sandra Caranqui llegó desde Machachi la madrugada del 27 de marzo para encontrarse al barrio de su niñez en ruinas. Desde ese momento no ha parado de buscar en el lugar donde perros de los bomberos de Quito «olfatearon algo». Ella está consciente de que sus familiares ya no están con vida, pero quiere encontrar sus cuerpos.
Minutos antes de la tragedia, ella estaba hablando por teléfono con su padre, cuando él le comentó que estaba por salir de la casa por el riesgo de estar ahí. Sin embargo, al volver a llamar no tuvo respuesta. «Le llamamos y ya no teníamos las esperanzas que avanzaron a escapar», dijo.
De la familia Caranqui están desaparecidos: el padre de 55 años y cuatro menores de 17, 16, 14 y 9 años, todos hermanos.
Liliana Caranqui, acotó para La Calle, que sus hermanos regresaron a la zona de riesgo porque en los «supuestos albergues» no había nada para que se puedan acomodar. (D.C.)