por Alexis Ponce
Miré un vídeo de un compañero indígena que me lo compartiera un amigo querido. El citado indígena expone argumentos legales, penales y constitucionales muy sólidos al develar qué significa una amenaza de muerte públicamente difundida y viralizada en 37 mil reproducciones por Twitter hecha por un individuo contra un ex-presidente. Al respecto: el delito de Odio y público llamado a un magnicidio cometido por un sociópata de clase media alta que se hace llamar @ercien79, y que seguro está desesperado tras los resultados del 5 de febrero, (aunque cabe dudar que actúe en solitario: el neofascismo organiza el odio).
El tipo debe ser expuesto, difundido, denunciado, demandado y procesado. Y deben ser investigadas sus conexiones como lo hicieron los jueces y fiscales en Argentina con el homicida enfermizo que intentó matar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Nunca se nos ocurrió amenazar de muerte a Moreno y Lasso en 6 años de salvaje Neoliberalismo pandémico de las mafias políticas y empresariales controladas y controladoras del morenismo, y luego las mafias albanesas financieristas del lassismo copando al Estado, con muertos por doquier, no sólo en las cárceles y las calles de todo el país, producto de la sindemia (pandemia más desigualdad) y de la violencia (de un Estado en conexión con el copamiento territorial mafio-albanés en parte de la institucionalidad); sino con muchos muertos en la familia y en nuestra organización de pacientes y familias cuidadoras en que milito, fallecidos unos en pandemia mientras vacunaban a los VIP y muertos otros, incluso niños, debido a la calculada y planificada destrucción del sistema de salud pública y del seguro social; jamás se me ocurrió repito, ni pasó por la mente -por más indignado que estuve y estoy con Moreno y con Lasso- mientras mi mujer agonizaba debido a la criminal negligencia de ambos gobiernos en dinamitar al H-CAM y a la salud estatal, jamás se me ocurrió insisto, amenazarlos de muerte y menos aún con la mil veces cobarde alusión a «pagar sicarios» que alude ‘la bestia parda’ que se hace llamar @ercien79 en la red social Twitter de propiedad del facho megamillonario Elllon Musk, red que multiplica odios y genera patológicos rencores.
Les advertí a Moreno y luego a Lasso, con que se les vendría, tarde o temprano, no importa el paso del tiempo, un Juicio Internacional Imprescriptible. Recuerdo que a Moreno le prefiguré que le esperaría un Nuremberg y su presencia en el banquillo de los acusados que antes ocupó Goering, por la matanza cometida contra los vulnerables en pandemia, como Bolsonaro fue demandado en la Corte Penal Internacional de La Haya. Y se lo envié directo tal advertencia, lo mismo que a su ministro de salud «Mengele» Zevallos. Recuerdo incluso que una periodista amiga mía y que había sido amiga de él, me reclamó que no le diga «Mengele». Entonces le dije Eichmann y a la bella y antigua amiga le pedí que leyera a Anah Arendt y su célebre tesis de «La banalidad del mal»: ahí estaban retratados todos estos. Recuerdo que también envié mi advertencia similar, tras la reventazón de ojos de decenas de quiteños a María Paula Romo y le dije tras las decisiones tomadas para desconfinar el país en su pico más alto de contagio de Covid-19, que le esperaba un juicio internacional. Indignada y enojadísima me contestó al «wasap» y luego me bloqueó, como también lo hizo Lasso. Pero les envié no amenazas, sino advertencias como público defensor de derechos humanos, no escondido en una cuenta anónima. Les escribí a Moreno y a sus asesores y sus ministros y a su propia red social, con copia a los medios y logrando que mis textos sean editoriales públicos en algunos medios digitales; al punto que el día que se iba del poder, tuve una llamada perdida de un familiar directo, no sé si el padre de Boltaire Moreno, que seguro quería decirme algo y no se atrevió, por haberle enviado hasta ese último día mi memoria a su tuiter: «No descansaré hasta que seas procesado. Te esperará Nuremberg x siempre». Pero eso no es amenaza de muerte: es esperar que la justicia mundial actúe un día, porque la local hiede de tanto taparlos. Y además di y doy la cara, mi nombre completo, y se los envié directo a ellos, advirtiéndoles que si su Salazar y su Trujillo no hicieron justicia por el delito de lesa humanidad contra el derecho a la vida y la salud de 35 mil ecuatorianos, esperaba y espero que La Haya o un juez internacional como Baltasar Garzón o el Estado de Bolivia (y ahora el pueblo peruano) lo procesen.
Lo mismo hice con Lasso por la muerte de mi Nelly y otras de nuestras pacientes organizadas, durante su gestión oprobiosa de la salud y en especial de la salud oncológica pública y del seguro social. Pero jamás se me ocurrió amenazarlos de muerte a pesar de mirar cada día cómo mi mujer se convertía en huesitos, mientras estos homicidas mentían al país.
No somos como ellos. No somos ustedes. Por eso somos progresistas. Por eso somos de izquierda. De una izquierda humanista, gandhiana, la de Luther King, la de Mandela y Chico Mendes, la de Rosa Luxemburgo y Susan Sontag, la de las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, la de la militancia histórica de DD.HH. de Latinoamérica y Greta Thunberg.
Y eso no obsta para ver algo: hoy en día, como en estos fatídicos 6 años de 18 Brumario y contrarrevolución salvaje, que por fortuna se está acabando y el reloj ya marca el fin desde este 5 de febrero, no obstante resalta la cobardía y el patológico odio de esta aldeana ultraderecha a la que no se le debe minimizar, pues va signada toda su radiografía en esa amenaza del sociópata local contra un ex-presidente: Rafael Correa.
¡Ojo! La élite está celebrando al asesino potencial y probable contratista de sicarios, aplaudiendo en la red social «que tenga huevos» (es lo que menos tiene, además); mientras otros amenazan vilmente y denigran con insultos soeces a Viviana (Veloz), la asambleísta jovencísima y valerosa de la RC que preside la Comisión legislativa investigadora del caso «El Gran Padrino» y su subsecuente caso fiscal «Encuentro».
La ultraderecha ya apretó el gatillo de una pistola contra Cristina Fernández en Argentina cuando individuos de esa extrema derecha violenta y enfermiza intentaron matarla. Los asesinos de Kennedy anunciaron con semanas de anticipación que matarían «al comunista de la Casa Blanca». Así que la memoria enseña, más aún si hay patológicos odios de sociópatas de alcurnia y mafia albanesa juntos, que «La Historia nos enseña que se puede matar a cualquier hombre», como decía el (otro) gran padrino: Vito Corleone, el bisabuelo de los albaneses y los chicos de la banca, en la ya célebre y siempre pedagógica película ‘El Padrino’.
Quieren imponernos ahora su infame desorden mafioso: a motosierra albanesa, a amenazas de muerte, a sicarios, y a represión policial anunciada en spots inéditos para, en buen romance, defender con dientes, palo y uñas, al «señor presidente Lasso».
Invito a que juntos logremos internacionalizar en CELAC, CIDH y otros espacios del mundo y del continente esto que sucede en el Ecuador y las amenazas a la asambleísta Viviana, a Rafael Correa, a los dos Oficiales policiales de antinarcóticos que han sido amenazados de muerte si van a declarar a la Asamblea Legislativa. Y a quienes falte.
La red social genera odio y los nuevos «perros de Pávlov» babean y muestran las fauces contra todo lo que no es de su clase social, contra todos los que no son ellos.
Saturados de amenazas de muerte va a estar el país en breve si no actuamos juntos y coordinados ya. Ya conozco esos escenarios. Los vivimos en vivo y en directo en 1992, 1994, 1996, 1999, 2000, 2001 al 2005.
No somos como ellos. Nunca seremos ellos. Sabremos esperar y alentar que los procesen y condenen: al tal @ercien79 y a sus ideólogos del odio en el poder, las élites y donde se encuentren.