Al estilo de Lasso: Villavicencio pretende cambiar al país en un día

Quito, 6 jul (La Calle).- El candidato presidencial Fernando Villavicencio utiliza el discurso de su viejo amigo Guillermo Lasso para posicionarse en la opinión pública. Según él, el país puede solucionarse en un día.

Aunque a Lasso no le funcionó la promesa de arreglar el Ecuador en 100 minutos, Villavicencio mencionó que en tan solo 24 horas se puede solucionar lo que en 100 años no se hizo.

«Lo que no se ha hecho en 100 años, se puede hacer un día. Eso depende de la pasión, de las ganas, la valentía y voluntad. Por eso yo no les ofrezco mucho. Poquito, pero sustancioso», mencionó en Turcafé.

Hace pocos días, aseguraba que sus promesas se desarrollarían en 90 días, pero la oferta sigue bajando. Para él, en ese lapso eliminaría las mafias del país, dotaría de empleo digno a los ecuatorianos y brindaría seguridad a Ecuador.

Villavicencio considera que «es capaz de manejar el poder y el ego». Sin embargo, en sus días como presidente de la Comisión de Fiscalización en la extinta Asamblea Nacional no demostró lo mismo. Desde actuar como abogado defensor de Lasso, hasta abandonar la sala del Pleno por desacuerdos entre las partes.

«Es la primera vez que el país tendrá un presidente periodista, víctima del poder, por eso están asustados. Alguien que en está vinculado a los sobornos, financiamiento del narcotráfico o unos binomios que tenían relación con la delincuencia organizada», apuntó.

¿El poder cambia a la gente?

Villavicencio cuando se desempeñaba como asambleísta fue un fiel defensor del primer mandatario, incluso señaló que el juicio político en su contra se caería antes de presentar todas las pruebas. Ahora, a unos meses de las elecciones anticipadas, calificó al régimen con un menos uno.

«Es un fracaso total, fui uno de los primeros ecuatorianos traicionados porque lo que hizo Lasso es tratar de pactar con el expresidente Rafael Correa y Jaime Nebot», dijo.

Al candidato le resintió que el jefe de Estado «intente pactar» con Correa y Nebot. Según él, la finalidad de gobernar en el Legislativo.

Además, desde el imaginario en el que ya es presidente, insistió en que si el Pleno no acepta las leyes que él propone decretaría la muerte cruzada y nuevamente sometería al país a elecciones anticipadas.

«Yo movilizaré a mi pueblo y cercaré la Asamblea para ver si estos impresentables no aprueban los planes», repitió. (N.J.C)

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