Quito, 4 abr (La Calle).- Un trabajo de Primicias sostiene que la Junta Investigadora de Accidentes (JIA) de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) resolvió aplicar sanciones administrativas a 25 militares de esa rama por haber instalado “al apuro” y sin protección, el “Radar Antinarcos” en Montecristi, Manabí.
La JIA también maneja una hipótesis de que la falla del radar fue causada por un elemento externo. El área donde se encontraba el radar no contaba con seguridad física tal como videovigiliancia, concertinas, mallas. Ni siquiera había iluminación.
El radar habría explotado tras 11 días de operación en el cerro de Montecristi. Una serie de fallas y negligencias explicaría este suceso. Sin embargo, esto habría ocurrido ya que fue objeto de un atentado. Esta fue la hipótesis declarada en un informe interno tras descartar desperfectos o mal funcionamiento de varios componentes del radar.
El documento destaca que el radar fue ensamblado ‘al apuro’. No contaba ni con infraestructura de seguridad mínima, planes de riesgo o con estudios de seguridad. La estructura contaba únicamente con un grupo de uniformados para su vigilancia las 24 horas del día.
Esta vulnerabilidad significó una ventaja para concretar el atentado que destruyó una parte considerable del equipo, mismo que quedó inservible. A raíz del atentado, en febrero de este año, la empresa española, fabricante del radar, entregó su informe técnico. Ahí descarta que la explosión se debiera a un cortocircuito o falla mecánica interna del equipo.
Fallas salen a la luz
Según estos detalles, las autoridades confirman que fue un atentado premeditado que hoy, Fiscalía está investigando. A esto se suma que el radar instalado en Montecristi no era nuevo. Autoridades de la FAE decidieron trasladar el radar LTR-20 de Indra, que operaba desde 2016 en Lumbaqui, provincia de Sucumbíos, hacia Manabí. Esta solicitud de movilizar dicho radar la realizaron el 15 de octubre de 2021 y su traslado fue 4 días después, el 19 de octubre, todo en una sola jornada.
Entre el 22 y el 26 de octubre se desplegó y empezó a funcionar el 27 de octubre. Esto lo anunció el comandante de la FAE, Geovanny Espinel, en la ceremonia de conmemoración de los 101 años de la Aviación Civil y el Día de la FAE. Después de 11 días, el 7 de noviembre, ocurrió el atentado. Este reveló la falta de protocolos de seguridad que, según oficiales de las Fuerzas Armadas consultados por una investigación del portal Primicias, debían implementarse antes de la operación del radar.
Ante ello, Espinel confirmó que 25 militares (16 oficiales y 9 aerotécnicos de la FAE) enfrentan procesos disciplinarios por fallas en el manejo de la seguridad física y negligencia al obtener y haber instalado mal el ‘radar antinarcos’.
Entre otras fallas, especifican que no se acataron las recomendaciones para el transporte e instalación del radar, así como advertencias técnicas establecidas en protocolos para estos procedimientos. Además se especifica que existió descoordinación y premura durante estos procesos, aparte de que no existió un estudio ni contrato firmado que garantice su soporte técnico.