Quito, 10 jun (La Calle). – Hace tres semanas iniciaron las clases presenciales en el régimen Costa, por lo que la Alcaldía de Guayaquil implementó el Plan Municipal de Retorno Seguro. En el proyecto, se ordenó a 300 policías controlar el ingreso y salida de los estudiantes en los planteles educativos de Guayaquil, Durán y Samborondón.
Asimismo, en este plan participa el Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano (CUACME). Además, a esta tarea ahora se suman, al menos, 85 agentes de control metropolitano para que los estudiantes se sientan más seguros.
También, la alcaldesa Cynthia Viteri manifestó que estas medidas son parte de la implementación de los Puntos Municipales de Atención y Seguridad (PUMAS). Este plan arrancó con 30 planteles educativos y a cada uno se le han asignado dos metropolitanos.
“Este plan tiene como propósito garantizar que los estudiantes, tanto de colegios como de escuelas, tengan las mejores condiciones para un retorno a clases seguro. Aquí hablamos de seguridad, porque el comercio informal es usado en muchísimas ocasiones por microtraficantes para expender sus ilícitos productos en los exteriores de las unidades educativas”, indicó Jaime Dávalos, director del Cuerpo Uniformado de Agentes de Control Metropolitano (Cuacme).
Los padres de familia
Los padres de familia están de acuerdo con los controles porque les preocupa que ahora los delincuentes no respetan ni a los estudiantes. Asimismo, aseguran que los antisociales son capaces de disparar a los jovenes por robarles un celular.
Esta afirmación se complementa con lo ocurrido en el suburbio de Guayaquil hace una semana. En este caso un adolescente que subía a un autobús resultó herido por resistirse al robo de unos motorizados.
Asimismo, se dio un caso similar en Babahoyo, Los Ríos, donde un estudiante de 15 años con discapacidad intelectual recibió una puñalada en el hombro en medio del robo de su teléfono. Todos estos casos han derivado en resguardo policial y ahora también de metropolitanos fuera de los planteles.
Sin embargo, los padres consideran que los controles también deberían darse dentro de las aulas. Por lo que, piden a la Policía de Antinarcóticos implementar las requisas. Asimismo, no descartan que los mismos estudiantes estén siendo los microexpendedores de sus compañeros.