Quito, 21 may (La Calle).- Los trabajadores de la estación de Chimbacalle en Quito encendieron otra vez las locomotoras. Cerca de las 9 de la mañana de hoy, unos 50 integrantes de la Asociación de Trabajadores Ferroviarios del Ecuador se reunieron en los exteriores y comenzaron a gritar proclamas en contra del Presidente Moreno, mientras ponían en marcha los motores de las máquinas.
Esto es una reacción a la Cadena Nacional del Mandatario que anunció el cierre de esta empresa vital para la integración de la Costa y la Sierra. El Gobierno Anterior invirtió 300 millones de dólares para revitalizar este legado patrimonial y consiguió ponerlo en funcionamiento con más de 11 rutas.
Hoy 12 años después, las locomotoras emiten sus últimas nubes de vapor. Por eso reclama Segundo Valverde, maquinista: “No dejaremos que cierre una empresa histórica. Fue nuestro primer transporte. Queremos dialogar con el señor Presidente para darle alternativas frente a este cierre”. Según Valverde, estaban por crearse dos productos nuevos, además de las rutas turísticas como eran el tren de carga y el tren de pasajeros. “Vamos a generar resistencia a nivel nacional, en Ibarra se están haciendo acciones similares”.
Alrededor de 2 mil familias están ligadas al ferrocarril, sea como trabajadores o como parte de los emprendimientos que se desarrollaron alrededor del mismo.
Para Juan Carlos Coellar, ex viceministro de Patrimonio el Ecuador, “la idea del tren patrimonial estaba mucho más allá de lo económico, se trataba de devolverle a la ciudadanía un tren emblemático. Lo que se debió hacer es mantener el tren con apoyo de los gobiernos locales, al igual que dotarlo para la movilización de la ciudadanía”. Según Coellar, el país está perdiendo recursos, historia y memoria de incalculable valor con esta “eliminación”.
