Por: Alexis Ponce
«Nada en el arte es inapropiado» (Diego Rivera)
???? / ver el vídeo pa’ saber de qué hablo:
¿Cuántos Rockefeller sin plata abundan en el aldeano Ecuador curuchupa de hoy en día?
Diego Rivera, el muralista mayor de América, fue insultado y denigrado en vida y ya muerto. Y uno de sus murales, célebre por la estulticia de sus atacantes, fue destruido totalmente por orden de Rockefeller debido a que constaba Lenin (no el felipillo napense, sino de propio, el ajedrecista Ulianov). Ni qué decir cómo insultaban al «indio» Guayasamín las élites sociales del pacato y conventual Quito de hace medio siglo, es decir los abuelos de las finas voces que ahora definen, en la insoportable levedad de la red social, qué es y qué no es… «arte».
Recuerdo cómo insultaban a Luigi Stornaiolo, años antes nomás, como lo hicieron tiempo atrás a Diógenes Paredes en el Ecuador de siempre o a Picasso por su filiación política.
La célebre escena histórica revivida en el fragmento del vídeo adjunto, cinematográficamente resuelta por el querido Rubén Blades interpretando al desmesurado Gordo Inmortal ante los 4 Pelagatos de la Quinta Avenida (los emisarios de Mr. Rockefeller, of course), me recuerda la cíclica conservadurización de las sociedades y su hipócrita establishment, ante cualquier manifestación artística o pictórica que no sea del agrado ideológico, más que estético, en el caso de esta aldea donde tanto se murmuraba contra Decapitados e «Indios Comunistas metidos a pintores».
Bajo todos los argumentos y motivos, Torquemada sigue vigente: quieren inmolar al pintor Pavel Egüez, a quien lo defiendo como artista, como pintor, como a cualquier otro artista que pinte lo que le venga en gana, incluso tejas, pajaritos, globos y choclos de colores pastel para agrado de la burguesía local en sus salas y dormitorios.
El muralismo siempre será subversivamente molesto a los ojos de la curuchupada, hoy más virtual y de mal gusto que Pikachú en la cabeza de los más jodidos, los indios, a cuyos promontorios sagrados antes se les impuso feísimas vírgenes con alas de murciélago, y que hoy en sus cabezas de ojos vaciados les imponen animados de la triste era televisiva en boga.
Entre ????⬛ Pallares el «pela-crítico de arte» y el Pavel Egüez, sé bien a quién elegir… Entre Rivera y Rockefeller, no me pierdo, aunque esta aldea no tenga noción histórica de la similitud de argumentos utilizados en contra de los muralistas en ambas épocas.