Cierto día cuando Lenín Moreno cumplía un año en funciones, un amigo preguntó ¿cuál es la diferencia entre el Gobierno y el anterior? Intentamos darle una respuesta que no hiciera una defensa a ultranza del gobierno del expresidente Rafael Correa, porque no es nuestro rol, pero al tiempo quisimos ser contundentes: en el Gobierno de Lenín Moreno no hay certezas, todo es incertidumbre e improvisación.
A falta de 365 días para que el gobierno termine, esto resulta casi una obviedad. Por tanto, es clave preguntarse si el Ecuador podrá soportar 365 días más de falta de timón en el país. Lenín Moreno es un presidente ausente, no gobierna, firma papeles que no lee, instala las reuniones de Gabinete pero a los 10 minutos se va, lo llevan.
Ahora, es importante proponer algunos escenarios para estos 365 días. Primero, quienes estaban con Moreno se han desmarcado; huyeron Jaime Nebot, Guillermo Lasso, el Partido Socialista (al menos la facción dominada por Enrique Ayala Mora), y la lista es larga. Identificarlos y no darles medio voto es la primera responsabilidad de quienes criticamos a este régimen.
Segundo, Moreno dilapidó la imagen de lo público, de los servicios, de los trabajadores, de la vocación de ponerse al servicio de los ciudadanos, de las instituciones. Pongamos, solo por elegir uno de miles de ejemplos, el caso de Ferrocarriles del Ecuador. El plan de Gobierno con el que llegó al poder, Moreno quiso poner un acento en el turismo pero al final terminó destruyéndolo. De ese modo, todas las empresas públicas a las que vilipendiaron, difamaron y desarticularon, ahora se venderán como una baratija al capital multinacional.
Moreno regala la inversión pública
Dejémoslo claro: el Estado invirtió millones y millones de dólares en reactivar el ferrocarril de Alfaro, en crear medios públicos, en construir refinerías, carreteras, hospitales, Centros Infantiles del Buen Vivir, centros deportivos de alto rendimiento, escuelas, colegios y demás. Y ahora toda esa inversión se va a manos privadas. ¿Queda claro? ¿Qué van a hacer luego de diez años, devolverlas al Estado, mancilladas ya? Luego, el Estado, en el mejor de los casos, las adecuará nuevamente para que otros lucren… y así el círculo expoliador en contra de los ecuatorianos. Por tanto, la tarea de los ecuatorianos es recuperar todas esas empresas.
Tercero, la corrupción de este Gobierno ha sido asquerosa. Cuando más necesitábamos cuidar la vida, se han dedicado a robárnosla. La pus salta ahí donde uno ponga un dedo y no hay ningún responsable. Los medios denuncian los casos, los allanamientos, pero jamás hay un responsable ni siquiera a nivel político, peor a nivel judicial. A falta de un año para que se vayan, bien vale la pena recordarlos, y ahí nuestra tarea: Iván Espinel, María Alejandra Vicuña, Daniel Mendoza, Norma Vallejo, Alexandra Ocles, Paúl Granda, y otros que llenarían páginas enteras.
No importa en quien tenga usted sus esperanzas para el 2021, habrá candidatos para todos los gustos, pero recordemos que estos, así despectivamente, estos no pueden volver.
Finalmente, la tarea más importante para estos 365 días que nos quedan de soportar al Gobierno más inepto del que tenemos memoria, es la movilización social. Está bien la queja en las redes pero allá nada va a cambiar, tenemos la obligación moral, histórica, ética de tomarnos las calles, de ejercer la política y la democracia ahí donde nació: la calle.
Nos patearon en el piso
Estábamos en el piso porque han preferido las ganancias de los banqueros a darle trabajo a la gente; estábamos en el piso porque en estos tres años no han creado una sola obra y se han dedicado a destruir las que funcionaban; estábamos en el piso porque han cerrado las posibilidades de becas y de estudios; estábamos en el piso porque el Covid-19 nos golpeó como a nadie en este continente; estábamos en el piso y ahí nos patearon, nos escupieron con su Ley Humanitaria y con sus medidas que nos roban el poco dinero que nos quedaba.
¿Qué ponen los banqueros, los exportadores, los representantes de las Cámaras, los medios de comunicación, corporaciones y universidades, que se llevan dinero circulante en Ecuador a paraísos fiscales? La suya es una tarea INAcabada, les queda poco por terminar de derruir a este país. Como ciudadanos tenemos el deber de reaccionar y lo vamos a hacer: no tendrán un lugar en el que puedan esconderse. Su tiempo se acaba. Ya solo les quedan 52 semanas, 8790 horas en los que con sus días y sus noches les recordaremos, otra vez: no tendrán un lugar en el que esconderse.