Por: María Isabel Burbano
Hablaba con un amigo sobre el amor y el deseo y recordé la frase tan conocida de que “no todo lo que ama siempre se desea ni todo lo que se desea siempre se ama” ¿Son el amor y el deseo tan distintos, tan relativos? Me he preguntado en varias ocasiones si estoy con alguien por amor o solo por deseo. Si le estoy llamando amor a mis vacíos, a esas cicatrices que aún no he podido cerrar.
No hay una respuesta exacta a ello. Tal vez en lo que se parecen el amor y el deseo es que obnubilan nuestro pensamiento y nuestras razones si se lo llevan al extremo. Podríamos quedarnos solo con el deseo si no hubiéramos construido como humanidad un concepto llamado amor. Aún nos preguntamos qué es el amor, vamos como ciegos, tanteando con un bastón el camino por dónde andamos porque todavía no hemos resuelto el amor del todo.
Posiblemente nunca sepamos a ciencia cierta que es. Si las mariposas que sentimos en el estómago son más bien una reacción corporal a lo desconocido cuando empezamos a conocer a alguien. A veces conforme pasan los días el deseo, que siempre estuvo presente, esperando el momento correcto para acechar, se impone al amor. Entonces volvemos al punto de partida preguntándonos si estamos con alguien por el cariño o por el hambre.
No sabemos que es el amor, pero cuando ocurre podemos sentirlo y cuando se va lo sentimos aún más. Por más cursi que podría sonar, pareciera que nos arrancan un pedazo del alma, algo tan dentro nuestro que duele. Hacemos una introspección y miramos que allí en un punto etéreo hay un vacío. Su diámetro depende del amor que tuvimos. Seguimos completos, vivimos como todos los demás, pero echamos en falta a ese amor que para ser amor hizo la diferencia en nuestras vidas.
Muchos vemos en el deseo una vía de escape. Entonces le llamamos amor a esa hambre interna que a veces se combina con el miedo a la soledad y la incapacidad de avanzar en ella. El amor y el deseo son tan distintos, pero cuando se combinan crean una fuerza tan poderosa que cuando la perdemos, buscamos una forma de sentirnos así de nuevo. Solo buscamos.