Por Lisbeth Moya González
Al comenzar esta semana, desde muy temprano, la Corte Constitucional redobló su seguridad. Había un olor muy denso en el aire, como a funcionario que ya no puede esconderse; y en las caras de los policías la vergüenza de proteger a quienes les niegan sus derechos a la gente de a pie.
Del otro lado de la cerca, los rostros de alrededor de 500 miembros de la Coordinadora para la Defensa de Derechos Laborales de los Extrabajadores. Como cada mes, los manifestantes exigían a las autoridades la salida del ministro de trabajo, Patricio Donoso, por incumplir sus funciones.
Según Whashington Andrade, abogado del caso Cervecería Nacional, el ministro de trabajo actual y los ministros de turno no han ejecutado la sentencia emitida a favor de los extrabajadores desde hace cinco años. Al igual que los exmiembros de Cervecería Nacional, muchos otros sindicatos se encuentran en situaciones similares.
“Se calcula que la deuda del pago de utilidades a los extrabajadores integrantes de la Coordinadora asciende a más de mil millones de dólares”, explica Andrade.
Después de mucha tensión, el asesor del Presidente de la Corte Constitucional recibió a los abogados de los extrabajadores. La máxima autoridad de esta instancia legislativa no les atendió directamente para “no comprometerse, ni adelantar criterios”.
Ante la falta de soluciones, los extrabajadores marcharon hacia el palacio de Carondelet, sede de la presidencia de Ecuador. Durante el trayecto se sentía la tensión de los que miraban expectantes. No es un secreto que solo una chispa puede desatar la rebeldía popular en Ecuador por estos días. Los manifestantes, provenientes de todos los rincones del país, con el cansancio en el rostro por los kilómetros recorridos y el desgaste de esta lucha de más de un quinquenio, conmocionaron las calles.
Al acercarse al Palacio de Gobierno, la policía bloqueó las entradas aledañas. Fue un momento crítico en que muchos desearon derribar esas vallas, pero primó el carácter pacífico de la lucha de los extrabajadores. No obstante, algunos funcionarios de la subsecretaría de gobernabilidad acudieron al sitio de la protesta y los manifestantes lograron trasladar sus inconformidades.
En los próximos días se establecerá un cronograma de negociación con el gobierno, donde comparecerán los representantes de cada uno de los casos en cuestión. “No estamos dispuestos a que nos hagan perder el tiempo en mesas de diálogo. Solo exigimos que cumplan con los derechos laborales.
Si no es así, la alternativa de los extrabajadores serán las calles y nos sumaremos al descontento popular que existe respecto al gobierno de Lasso”, dijo el abogado Whashington Andrade.
Lisbeth Moya González (1996). Periodista y escritora cubana radicada en Quito.