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Desde Francia con amor | Opinión

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Por: María Isabel Burbano

Quito, 09 feb (La Calle). – El mundo de las letras, especialmente de Francia, posó sus ojos en la ceremonia de ingreso del escritor peruano – español Mario Vargas Llosa a la Academia Francesa, cuyos miembros responden al nombre de los inmortales.

La relación del escritor con la literatura francesa es de pasión pura. Anhelaba encontrar en las novelas de Flaubert, Dumas o Victor Hugo, el secreto para convertirse en un verdadero escritor. “Al aprender francés y leer a los escritores franceses sin descanso, yo aspiraba secretamente a ser un escritor francés […] Llegué aquí en 1959 y descubrí que los franceses habían descubierto la literatura latinoamericana antes que yo”.

Mario es el escritor más francés de Latinoamérica, pero también el más español, donde ha vivido la mayor parte de su vida, regresando a Perú ocasionalmente después de perder las elecciones en 1990 frente a Alberto Fujimori. A pesar de la influencia que ambos países europeos han tenido en el escritor, sus novelas siempre se asientan en territorio latinoamericano. Una de las cualidades de su prosa que más destaco.

A pesar de todo el reconocimiento, Vargas Llosa es una de la figura sobre la que hablamos en nuestros países con un velo de crítica por el abierto liberalismo que ha practicado en los años de senectud. Si bien a la que escribe no le parecen las opiniones políticas del nobel, reconozco que es uno de los escritores más importantes que haya nacido en nuestras tierras. Sus novelas, cuentos y ensayos literarios son un gran aporte para la literatura.

Como Mario, yo estaba convencida que uno no se volvía escritor o un entendido en literatura si no leía a los clásicos de rigor. Si no leía a los franceses, cuya impronta y riesgo caracterizaban una escritura libre (aún lo creo, pero con menos fuerza). Vargas Llosa no exagera con su amor por la literatura francesa. Basta con adentrarse en Madame Bobary para entender la osadía de Flaubert al publicarla. Caminar con Jean Valjean por las sucias alcantarillas parisinas con Marius a cuestas para entender la condición humana que transmite Víctor Hugo. Unirse a las aventuras de D’ Artagnan y los tres mosqueteros de Alejandro Dumas que se enfrentan a los guardias del cardenal Richelieu, quien, por cierto, fundó la Academia Francesa en 1635.

Dumas hijo, Julio Verne, Marcel Proust, Honoré de Balzac, Antoine de Saint-Exupéry, Baudelaire, Rimbaud, Guy de Maupassant, Molière, George Sand, Colette, Michel Houellebecq, Patrick Modiano son algunos de los nombres que han dado forma a las letras francesas en un vasto universo de escritores que nos emocionan cada vez que los revisamos. El ingreso de Mario Vargas Llosa al grupo de inmortales es un puntapié para adentrarnos y reposar en las maravillosas historias que nos ofrece el país europeo.