por María Isabel Burbano / @rizossalvajes
Aparte de los 35 títulos con el Barcelona F.C., siete balones de oro, seis premios FIFA al mejor jugador, 6 botines de oro, una Copa América, Lionel Messi es ahora campeón del mundo y le pone broche de oro a una carrera que inició en las inferiores de Newell’s, siguió en el Barça, continúa en el París Saint Germain y que termina en la selección argentina.
Aunque pudiese parecer fácil por el talento natural que tiene Leo y su pasión por jugar al fútbol, la verdad es que no fue simple. Pasó años con tratamientos para mitigar su deficiencia en la hormona del crecimiento y aunque logró debutar en el Barcelona en 2004, en un inicio había dudas si ficharlo o no. Demás está decir que les cerró la boca a todos durante los 17 años que jugó para el equipo catalán.
Las cosas fueron más duras con Argentina, los partidos y las finales perdidas despertaban cualquier clase de crítica. Que con la selección no lograba nada, que no le importaba, que era un pecho frío y que nunca estaría a la altura de Maradona. Muchas veces, los comentaristas (argentinos o no) pueden ser duros injustificadamente. La presión fue tan grande que en 2016, Lionel dijo “no se me da” y renunció. Gracias a la insistencia de Edgardo Bauza solo fueron dos meses para que volviera a la albiceleste.
Tendría que llegar Lionel Scalonni para revivir a la selección, darle nuevas alas y llevarla a lo más alto. Messi se volvió rápidamente el líder, es lo que debe hacer el capitán. La experiencia y la juventud de los jugadores se juntaron para ganar en el Maracaná la Copa América 2021 y ahora el máximo premio para una selección.
Muchos de nosotros queríamos que gane Argentina. Por Sudamérica, por los muchachos, pero especialmente por Messi, quien nos mostró el talento, pero también la constancia, el esfuerzo, la unidad del equipo ¿Qué es la gloria sin un poco de sudor, barro y coraje? Gracias Argentina y gracias Leo. A ti ya no te falta nada.